Aumenta el uso de drogas entre jóvenes de Yucatán

El problema no sólo afecta a niños y jóvenes en situación de calle, sino que se encuentra presente en estudiantes.

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La población juvenil es más vulnerable a este grave problema social (Foto: Milenio Novedades)
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José Salazar/Mérida
En Yucatán, el uso y abuso de sustancias inhalables adictivas es un problema que contrario a lo que puede pensarse no solo afecta a los niños y jóvenes en situación de calle, sino que se encuentra presente en la población de entre 12 y 19 años de edad que cursan la educación secundaria y el bachillerato. Estas sustancias llegan a ocasionarles daños irreversibles a nivel cerebral, como muerte neuronal y alucinaciones, entre otros.

En el caso de los alumnos de secundaria, uno de cada diez admite haber usado drogas alguna vez y en bachillerato, tres de cada diez reconoció su utilización en algún momento.

De acuerdo con Víctor Roa Muñoz, director del Centro de Integración Juvenil en Yucatán, el consumo de inhalantes se ha vuelto un problema de salud pública en la entidad debido a que su adquisición resulta bastante sencilla y se encuentran en numerosos productos. Esta tipo de droga es la tercera más consumida por jóvenes de secundaria y preparatoria después de la mariguana y la cocaína.

La más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes elaborada en la entidad por el Instituto Nacional de Psiquiatría “Dr. Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM) en coordinación con autoridades de salud a nivel federal, reportó que 10 de cada 100 estudiantes de secundaria admitió haber consumido drogas alguna vez y en el caso de los estudiantes de preparatoria, 25 de cada 100 aceptó el uso de sustancias prohibidas.

Llama la atención que en el rubro de consumo de inhalables, el promedio de estudiantes que alguna vez los consumió es de 6.4. Esta cifra se aproxima a la media nacional que es de 6.8 de cada 100. En secundaria, 4 de cada 100 admitió haber usado inhalables alguna vez. A nivel nacional la media de estudiantes que ha consumido inhalables, es de 5.3 de cada 100.

Investigaciones recientes han revelado que el deterioro cognitivo y conductual que el consumo de sustancias inhalables adictivas ocasiona es severo y sus efectos pueden perdurar por largo tiempo, incluso después de abandonar el consumo, como explica la doctora Nayeli Páez Martínez, investigadora responsable del Laboratorio Integrativo para el Estudio de Sustancias Inhalables Adictivas del Instituto Nacional de Psiquiatría “Dr. Ramón de la Fuente Muñiz”.

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“El bajo costo, el hecho de que se encuentran presentes en productos legales y la facilidad con que se pueden adquirir, vuelven a estas sustancias la perfecta droga de entrada. Los niños pueden tener acceso fácilmente a estos productos, desde unos marcadores en la papelería, pegamentos o thinner en la tlapalería, e incluso el barniz de uñas que nos puede parecer tan inofensivo”, explicó la especialista.

Se ha comprobado que los jóvenes consumidores de inhalables, de no recibir la ayuda de manera oportuna, pueden pasar al consumo de otras sustancias psicotrópicas como la cocaína, mariguana, metanfetaminas o solventes. El panorama se complica con el consumo de sustancias permitidas como el tabaco y el alcohol.

“Ahora los chicos que inhalan se han vuelto muy sofisticados, porque ahora mezclan el thinner con algunos aromas, ellos los llaman ‘sabores’ y puede ser cualquiera: fresa, vainilla, guayaba, en fin. Entonces ese aroma desagradable queda enmascarado con estos aromas agradables, lo que puede alentar a un mayor consumo”, explica la investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría.

Esto al conjuntarse con una mala alimentación y falta de acceso a servicios de salud, agrava el deterioros que las sustancias inhalables ocasionan en el cerebro humano.

En los jóvenes que no son de escasos recursos y estudian la secundaria y preparatoria, los motivos de consumo son muy diferentes. Estos grupos buscan experimentar sensaciones nuevas, algo muy característico de la adolescencia.

“La percepción del riesgo que implica consumir este tipo de droga entre los jóvenes es baja. Creen que no les va a causar algún daño, y es todo lo contrario, ya que uno de los mayores efectos por el consumo crónico de inhalables es la pérdida de memoria. Las alucinaciones persisten, pero contrario al efecto inicial, se produce ansiedad y depresión, que eran justo los estados que se deseaban mitigar, concluyó la especialista. 

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