La sociedad, principal barrera para niños con VIH

Los pequeños infectados pueden desarrollarse normalmente si tienen el tratamiento adecuado, incluso pueden formar una familia.

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La mayoría de los casos pediátricos de VIH no son detectados oportunamente. (Archivo/Notimex)
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Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El manejo de pacientes pediátricos infectados con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), a través de la atención médica que se ofrece en Yucatán, resulta prometedor para que estos pequeños tengan una calidad de vida adecuada, lleguen a ser adultos, consoliden una profesión y formen una familia, pero en muchos casos el rechazo social al que se enfrentan les puede impedir cumplir este pronóstico.

El pediatra infectólogo del Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits), Adolfo Palma Chan, indicó que el temor a la discriminación es la realidad a la que se enfrentan todos los días los niños con esta enfermedad.

La falta de recursos e incluso la cultura ocasiona que algunos niños infectados no sean tratados adecuadamente

Se trata de una "sombra" por la cual muchos de los padres, si no todos, deciden no comunicar a sus hijos, ni a las personas del entorno, que tienen la enfermedad, esperan hasta que son adolescentes y puedan enfrentarlo.

“Lamentablemente en el Estado existe discriminación y maltrato a los niños que viven con VIH, esta situación ha generado que la mayoría de los papás de los niños que no han llegado a la adolescencia prefieran que sus hijos no estén enterados de por qué acuden a consultas”, apuntó.

A estos niños se les habla de una infección que requiere tratamiento crónico y trabajan con una psicóloga capacitada para que los prepare para decirles el diagnóstico cuando llegue el momento, ya que algunos niños cuando reciben la información pueden caer en una etapa de abandono del tratamiento y todo lo que conlleva, principalmente por aspectos psicosociales.

Asimismo, el galeno, quien inició desde los noventa con el esquema de atención pediátrica de VIH en el Estado, tanto en el IMSS como en la SSE, señaló que estos menores se convierten en un sector vulnerable al quedar huérfanos de uno o ambos padres en su niñez en el 60 por ciento de los casos.

Algunos se quedan con familiares, en otros casos son abandonados y llevados a un albergue, como es el Centro de Atención al Menor en Desamparo (Caimede).

Diagnóstico tardío

Por otro lado, a pesar de que los medicamentos son gratuitos, la falta de recursos económicos para acudir a la consulta o tener una buena alimentación, así como la actitud de los responsables de los menores y en ocasiones la cultura, ocasiona que algunos no realicen el tratamiento de forma adecuada.

“La falta de apego al tratamiento más que por el niño, por la situación de la familia, es una constante, por lo que apenas se presenta un caso de que el paciente no asista a la consulta o llegue tarde se le informa a la trabajadora social para que les llamen, los visiten y se puedan rescatar; se les trata de dar cita cada dos meses para que de alguna manera eviten un gasto mensual”, explicó.

Palma Chan indicó que la mayoría de los niños que se diagnostican y que están infectados no se hace de manera temprana, sino hasta que inician los síntomas, en promedio entre los dos y tres años; en este sentido, en el Capasits hay 36 niños en tratamiento, de 51 que han llevado su control en este centro.

Destacó que han enviado a consulta de adultos a adolescentes que ahora son profesionistas, incluso dos mujeres que nacieron de mamás infectadas y se contagiaron les dieron tratamiento, se embarazaron y han tenido a sus bebés, y los niños no resultaron infectados. 

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