Los productos light no son tan buenos como usted cree

Algunas personas abusan de su ingesta y llegan a duplicar y triplicar la porción de estos productos, señala nutrióloga de la SSY.

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Los especialistas recomiendan no consumir productos con azúcar, grasa o sal en exceso, aunque sean productos light. (Milenio Novedades)
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José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Un error frecuente en el consumo de los productos light es la cantidad, es decir, el tamaño de la porción, advirtió la nutrióloga Marivette Medina Enríquez, de la Dirección de Nutrición y Enfermedades Crónicas de los Servicios de Salud de Yucatán (SSY).

“Con la idea de que se trata de un producto light, el cual generalmente contiene menos grasa o azúcar, las personas abusan de su consumo llegando a duplicar y triplicar la porción de estos productos”, mencionó.

“Un ejemplo es el consumo de refrescos bajos en calorías”, detalló. 

La especialista explicó que un producto light es el alimento al que se le reduce el contenido de uno o más nutrientes (azúcares, sodio, grasa o calorías) como mínimo en un 30 por ciento en comparación con el original. En el caso del sodio, o el valor equivalente en sal, se admite una diferencia del 25 por ciento.

Precisó que en el mercado se encuentran productos a los que se les retira el azúcar, la cual se sustituye por edulcorantes o simplemente no se añaden ni azúcares ni edulcorante; en el caso de las grasas, se reduce el contenido, dando lugar a los desnatados o semidesnatados. 

Al abundar en el tema, Marivette Medina expuso que las bebidas light por lo general sustituyen el azúcar por edulcorantes y es común que los consumidores abusen de este tipo de bebidas justificándose en su bajo aporte calórico.

Ocho de cada 10 personas nacidas entre 1981 y 2000 se preocupa por su alimentación y el 40 % pone atención al tema de la obesidad

No obstante, indicó que pesar de que existen estudios que demuestran la inocuidad de los edulcorantes, éstos tienen recomendaciones de ingestas máximas por día, la cuales podrían superarse si se ingieren en exceso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el índice de consumo seguro de edulcorantes artificiales conocido como Ingestión Diaria Máxima Aceptable (IDA) es de 5 mg por kg de peso al día, para la sacarina; éste es uno de los más bajos entre los edulcorantes artificiales. 

Por ejemplo, una persona de 70 kilos no debe consumir más de 10 sobres de sustituto de azúcar. La IDA para el aspartame es de 40 mg/kg de peso/día.

Para tener una idea de lo que esto significa, se puede decir que una persona de 60 kilos de peso necesitaría consumir 13 latas de refresco dietético o 70 sobrecitos de sustituto de azúcar de mesa al día para sobrepasar el límite máximo de ingesta permitido. 

Por su parte, el consumo diario aceptable de sucralosa también es de 5 mg por kg de peso al día, en tanto que la IDA para el acesulfame-K es de 15 mg por kg de peso al día.

“Es importante tener en claro que los productos que se presentan como alimentos light pueden ser útiles si se usan de forma adecuada, pero debido a la falta de información, muchos consumidores creen que son indispensables en los regímenes para bajar de peso, y al tener esta etiqueta, terminan excediéndose”, detalló. 

La nutrióloga de la SSY recomendó que antes de adquirir un producto light se revise la etiqueta, en especial la información nutrimental, la lista de ingredientes, la composición energética y comparar estos datos con lo declarado en los convencionales (sin reducción), no sólo por cada 100 gramos, sino también por ración.

“Se debe controlar su consumo, sobre todo en el caso de los chocolates y mermeladas. Se sigue teniendo la idea errónea de que los productos light adelgazan, o que no engordan. Con esa creencia, se consumen en exceso, con el consecuente incremento de peso, incluso mayor que si se hubieran ingerido los productos convencionales”, apuntó. 

Falsa creencia
  • Se justifica el alto consumo por la falsa creencia que al ser bajos en calorías la cantidad no afectará al organismo, señaló la especialista.
  • Recomiendan evitar consumir este tipo de productos en exceso, o se terminará consumiendo las mismas o más calorías que las contenidas en los productos convencionales.

'Azúcar' hecha por el hombre

Los edulcorantes artificiales son compuestos elaborados por el ser humano, cuyo beneficio radica en que son mucho más dulces que el azúcar común, pero con menor aporte energético, por lo que al agregarlos a una gran variedad de productos o alimentos se disminuye de forma importante su contenido de calorías, sin perder el sabor dulce. 

Los principales edulcorantes artificiales son: sacarina: es 300 veces más dulce que el azúcar y el edulcorante artificial más antiguo.

De 1879, año en que fue descubierta, a 1970, la sacarina se convirtió en el sustituto por excelencia del azúcar. Tiene la capacidad de endulzar sin liberar ni una sola caloría. Sin embargo, deja un desagradable sabor amargo y metálico en la boca. 

Aspartame: es 200 veces más dulce que el azúcar. Descubierto en 1965 es el más exitoso sustituto del azúcar. A temperatura ambiente se descompone alrededor de un 10 por ciento al mes; además, al aumentar la temperatura se acelera la velocidad de descomposición, por lo que no se puede usar en alimentos que se tienen que cocer u hornear. La sucralosa  es 600 veces más dulce que el azúcar.

Muestra nueva generación preferencia a lo saludable

La nueva tendencia en el consumo de productos “más saludables”, principalmente de los “millennials” (personas nacidas entre los años 1981 y 2000), ha generado que las empresas llenen su portafolio con productos light, los cuales llegan a ser hasta cinco veces más caros.

Diversos estudios de mercadotecnia consultados revelan que, por ejemplo, una caja del endulzante sin calorías más conocido en el mercado tiene un precio cinco veces más alto que un paquete de azúcar. De igual manera, un cereal bajo en grasa es 1.2 veces más caro que las hojuelas de maíz, y un paquete de pan mediano light tiene un valor 24 por ciento mayor que uno tradicional. 

Los especialistas señalan que la estructura en costos depende de los insumos que se utilicen en los productos; un estudio expone que alrededor del 80 por ciento de los “millennials” yucatecos está preocupado por su alimentación, y que un 40 por ciento pone atención en el tema del sobrepeso.

El cambio en las tendencias de consumo en México y los impuestos aplicados a los alimentos y bebidas con alto contenido calórico en 2014 obligaron a las empresas a renovar su portafolio de productos para intentar recuperar a los consumidores; estas grandes empresas lanzaron al mercado alrededor de un centenar de productos elaborados con nuevos ingredientes.

A manera de ejemplo, en el segundo trimestre de 2015 una embotelladora introdujo al mercado una bebida “saludable” elaborada con jugo y “gajos de fruta”, a fin de enfocarse en las categorías saludables y de mayor bienestar.

Las modificaciones que han realizado empresas de alimentos y bebidas en México forman parte de una tendencia hacia lo saludable, así como por el problema de obesidad en el país. Sin embargo, analistas de mercado señalan que es complicado “cambiar la receta” porque el consumidor está acostumbrado y si no le gustan los nuevos productos, puede costarle más caro a la empresa. 

Mexicanos, con desinterés por estar en forma

Los productos light son lo primero que las marcas ofrecen para estar en forma, pero México es el país latinoamericano donde menos desarrollado está este segmento; sólo un 16 por ciento de los hogares consume estos artículos.

Hoy en día la tendencia de alimentarse mejor permea poco a poco entre la población mexicana, que comienza a preocuparse de consumir de manera más sana y equilibrada, antes que comer menos.

Mercadólogos señalan que cuando las marcas aparecen como apoyo para lograr la meta de estar más sanos, logrando empatía con los consumidores que tienen este propósito, han dado un paso muy importante para que adquieran sus productos.

Añaden que una razón por las que las personas consumen productos light es para “darse un gustito” con otras cosas; si los mismos productos ofrecen alguna golosina “baja en calorías”, es más fácil que acepten tomarla. Con esto, la persona considera que la marca “entiende” que a veces se necesita de “un apapacho”.

De acuerdo con un estudio de Kantar Worldpanel (KWP), consultora global en el comportamiento del consumidor, ocho de cada 10 mexicanos cree que lo más importante en la vida es la salud, a seis de cada 10 le gusta mantenerse en forma, pero sólo tres de cada 10 tiene hábitos de bienestar como lo son comer sano, realizar actividad física o una mezcla de ambos.

El consumo de productos bajos en grasa parece ser cíclico. Según fuentes consultadas, en Yucatán después de diciembre, el mes donde más refrescos se consumen dentro del hogar en el año, se cambia al consumo de bebidas “más sanas” como agua embotellada y categorías “sanas” como barras de cereal y yogur, incluso en hogares que no compran habitualmente estos productos. Además, en algunas categorías del desayuno se cambia el producto habitual por alguno del segmento light.

Esta tendencia dura poco, ya que en marzo este hábito decae para reactivarse nuevamente en verano. En esa temporada no sólo se compran productos más saludables, sino que también se disminuye el consumo de postres, en particular las mujeres.

Las razones son diversas; sin embargo, expertos en mercadotecnia destacan que los mexicanos disminuyen su consumo de comida antes que adquirir productos light, lo que significa una ventana potencial para quienes ofertan productos saludables. 

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