Más de 1,300 nuevas Lupitas o Lupitos se registraron en Yucatán

De acuerdo con el Registro Civil de Yucatán, de este total, 41 en primer nombre y mil 293 registrados en segundo.

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Padres de familia enseñan desde pequeños a los niños a rendirle culto a la Morenita del Tepeyac. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Debido a su ubicación geográfica, históricamente Yucatán cuenta con una tradición católica profundamente arraigada, lo que se refleja en los nombres bíblicos y en el caso de los nombres de advocaciones marianas destaca Guadalupe: este año se registraron mil 334 niños honrando a la Virgen Morena.

De acuerdo con datos del Registro Civil de Yucatán, de este total, 41 en primer nombre y mil 293 registrados en segundo. Las familias entrevistadas destacaron que la elección tiene que ver con la fe, el agradecimiento por un favor concedido por la Virgen y la tradición, ya que existen familias con varias generaciones que conservan el nombre de Guadalupe, sin importar el género.

Como muestra de esta devoción, los padres y madres visten a sus niños como San Juan Diego y a las niñas como el atuendo de la Guadalupana para presentarlos ante el altar y orar por la salud de la familia y un año más próspero.

Según indicadores del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Internet, cerca del 80 por ciento de la población profesa la religión Católica. La arquidiócesis de Yucatán tiene presencia en toda la entidad, con más de 140 templos entre parroquias y rectorías.

Promotores de las diferentes pastorales de la diócesis indican que el Estado figura al nivel nacional por la preservación de tradiciones de expresión religiosa popular como las entradas solemnes de gremios y fiestas patronales, incluso en el centro histórico de Mérida.

El fervor por esta advocación mariana propició el reconocimiento del templo de San Cristóbal, como el primero en el sureste mexicano con la distinción de Santuario Diocesano, desde 1968, gracias al nombramiento otorgado por el Vaticano.

En Mérida, se encuentra el único Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, de la provincia, luego de la sede en la Ciudad de México, debido a la gran cantidad de interesados en la investigación, estudio y capacitación del acontecimiento guadalupano.

Para este fin, sus integrantes realizan entronizaciones, es decir la colocación de la imagen de la Virgen en las capillas que aún no la tienen, hasta la fecha desde su fundación en el 2012 han llevado la santa imagen a más de 15 municipios.

Lista
  • Hace cinco años, el Registro Nacional de Población de México (Renapo) publicó una lista de los 30 nombres más frecuentemente utilizados en México de 1930 a 2008. El primer lugar en niñas fue María Guadalupe y en niños, José Luis.
  • De acuerdo con aquel anuncio, Guadalupe resultó con casi 800 mil menciones especiales, porque es un nombre que se utiliza para ambos géneros.

La fe hacia la Madre de Dios, el motor de los antorchistas

Por otro lado, pese a la percepción de la brecha entre las nuevas generaciones y la religiosidad, siguen imperando los jóvenes en los grupos de antorchistas guadalupanos que llegan al Santuario de la Virgen, sin importar los kilómetros recorridos corriendo o en bicicleta, las horas sin descanso y la alimentación racionada, todo para cumplir con la promesa de dar gracias personalmente a la Virgen Maria. 

Los peregrinos gastan hasta mil pesos cada uno, sólo para los insumos del trayecto y el emblemático uniforme deportivo,  en el que expresan el lugar de origen y la imagen en el pecho, como muestra de su lugar en el corazón de los guadalupanos.

La organización para su llegada a Mérida comienza desde seis meses antes, algunos haciendo kermeses y venta de antojitos para recaudar fondos, otros ahorrando y recibiendo donativos de la comunidad para su viaje.

De manera afortunada y bajo la bendición de la Virgen, emprenden su camino sorteando inclemencias del tiempo, los peligros de la carretera y hasta la falta de comida en kilómetros cuando transitan por una comunidad en la que no hay muchas tiendas para comprar insumos.

Carlos Manuel Solís García,  17 años recorrió más de 200 kilómetros junto con su grupo proveniente de Seybaplaya Campeche.

En tres días lograron su objetivo y sólo durmieron un día, con descansos de una a dos horas para recuperar fuerzas y continuar. Destacó en entrevista que muchas personas fueron empáticos con su causa y les regalaron comida, incluso algunos conductores de vehículos grandes, le ofrecieron un “aventón” para llevarlos a las localidades más cercanas.

En su camino, el saldo fue blanco, aunque la imagen de la Virgen que traía hacia Mérida se rompió durante una de sus paradas. Sus siete compañeros también cargaron en sus espaldas efigies y juntos visitaron varias capillas antes de llegar a San Cristóbal. A pesar de las diferentes edades del grupo comparte el común denominador de la fe y del agradecimiento por los favores recibidos por la virgen, en situaciones de enfermedad y dificultades familiares.

“Cuando salimos nos encomendamos a nuestra Madre y gracias a ella y a Dios, nuestro recorrido y todas las dificultades que se nos presentamos las pudimos resolver, somos muy bendecidos”, apuntó Santos Sabar Canché Uitzil, coordinador de un grupo de 18 personas, que van desde los 12 años hasta los 32, oriundos de la localidad de Chan Che.

Vestimenta
  • Los antorchistas se caracterizan por su vestimenta deportiva con motivos guadalupanos, sus bicicletas decoradas y por correr en la peregrinación, incluso descalzos.
  • Familias del barrio de San Cristóbal, a sabiendas del paso de miles de antorchistas que vienen de lejos, cada año los apoyan con agua y alimento.

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