Novedades Yucatán/Mérida
Muchas veces las personas se quejan por el tiempo de espera para la adopción, pero las autoridades deben estar completamente seguras que el menor estará con una familia que pueda proveerlo de vestido, casa, comida, estudios y una seguridad emocional de tener una familia que lo acompañará en todo momento.

En la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa) hay 399 solicitudes de adopción en espera de una resolución, aunque hace unos días, a fin de garantizar que se cumpla con el derecho de los niños de vivir en familia, el Consejo Técnico de Adopciones del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Yucatán aprobó que 13 infantes, con edades de dos a 12 años, con situación jurídica resuelta, puedan ser entregados en adopción.

Teresita Anguas Zapata, titular de la Prodemefa, precisó que es prioritario para la dependencia que más infantes disfruten de una vida plena con una familia que les guíe y oriente, por lo que dijo que mientras en 2018 solo se entregó a 12 por esta vía, este año, tan solo en el primer trimestre, ya suman 13.

El tiempo que una pareja espera por una adopción puede variar, ya que cada caso es diferente, depende del Poder Judicial por la situación legal de los memores. Los niños mayores de 10 años, y los pequeños con discapacidad son los que tienen menos probabilidades de ser adoptados, porque de las solicitudes, más del 50 por ciento desean un niño recién nacido o menor de cinco años.

Agregó que la mayor demanda se encuentra en niños de cero a seis años y es casi nula en los más grandes. Donde se trabaja para promover la adopción, es en un rango mayor, de nueve hasta los adolescentes y las personas que tienen alguna discapacidad, es decir, enfocarse todos los esfuerzos en ellos para que tengan oportunidad de ser adoptados.

Anguas Zapata dijo que al agilizar los procesos se tiene el objetivo de reducir el tiempo de espera, porque mientras más se tarde una solicitud más crece el menor, y se reducen sus probabilidades de encontrar una familia, porque lo importante es que los niños y jóvenes tengan la oportunidad de tener un hogar de pertenecer a una familia.

Ante ello, actualmente se realiza un estudio del marco normativo en materia de adopciones, que permita acelerar el proceso en Yucatán, buscando siempre garantizar el interés superior de los infantes.

Prioridad a red familiar

La historia de los niños en la Prodemefa inicia con un reporte o la puesta a disposición por parte de una autoridad, cuando determinan que por ser violentados los derechos de los menores éstos deben estar sujetos a una tutela pública.

Para ello se requiere una denuncia; el protocolo pide buscar alguna red familiar viable donde los niños pueden esperar ese proceso legal.

En caso que no exista alguna familiar viable que pueda hacerse cargo del menor, en lo que dura el proceso, es trasladado al Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo (Caimede), que es el institucional, o a alguno de los nueve centros de asistencia social de las organizaciones civiles que apoyan en esta noble labor de educar a estos pequeños mientras se decide su situación.

Entre los principales problemas por los que ingresan a estas instituciones están la omisión de cuidados, el abuso sexual y cuando los padres ponen en peligro la salud de su hijo, así como circunstancias de pobreza extrema que ponen en riesgo su derecho a la alimentación o educación, entre otros.

Las Damas Voluntarias del Patronato Caimede, agrupación que preside Yuli Chapur de Ricalde, trabajan desde hace 24 años para conseguir recursos para apoyar a estos infantes en sus necesidades de ropa, calzado, alimento y actividades extracurriculares, como son deportivas, clubes de tareas, eventos especiales por el Día del Niño, Navidad y alguna otra festividad.

Las 12 damas del patronato realizan un trabajo en conjunto con el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Yucatán brindándoles nutriólogos, psicólogos, personas encargadas de su seguridad, de su atención las 24 horas del día, así como cubrir las necesidades básicas materiales, emocionales y sobre todo de cariño.