Emprendedores con buenas raíces

Déborah Carnevali Ramírez y Omar Góngora Guzmán encontraron en el coleccionismo de plantas una oportunidad para hacer negocio.

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Déborah Carnevali Ramírez y Omar Góngora Guzmán ofrecen en Suculentas Dzityá una gran variedad de especies únicas. (Milenio Novedades)
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Cecilia, Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Débora Carnevali Ramírez y Omar Góngora Guzmán encontraron en el coleccionismo de plantas una oportunidad de negocio, gracias a los estudios realizados por especialistas del área de la botánica, se rodearon de conocimiento y especies únicas, las cuales hoy distribuyen con todos los permisos legales necesarios mediante su marca Suculentas Dzityá

Actualmente son la empresa con el catálogo más completo y están en proceso para conjugar el arte con las plantas a través de un proyecto conjunto, ya que ambos son egresados de la carrera de Artes Visuales de la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY). Sus productos son reproducidos por semilla o vegetativamente en el trópico y adaptadas a este clima.

Los jóvenes además, son miembros fundadores de la Asociación Yucateca de Cactáceas y Suculentas (Asycs), que se dedica al cultivo, estudio y discusión de las plantas suculentas.

Mañana sábado expondrán en el Colectivo Bazar en el Museo de Ferrocarriles y el próximo sábado 20 en Bazart en City Center.

¿Por qué emprender en el área de las plantas?

Débora: la idea comenzó en 2009, cuando se hizo la primera exposición de cactáceas y suculentas en el Centro de Investigación Científica de Yucatán. Mis papás son botánicos (doctores Germán Carnevali, director del jardín botánico del CICY, e Ivón Ramírez) y toda la vida la colección estaba en casa y en aquella ocasión surgió la necesidad de un expositor.

Teníamos tantas plantas en la casa, ya habíamos regalado y aún quedaban, entonces pensamos que era una buena oportunidad para un ingreso extra. Entonces Omar y yo fungimos como comerciantes, vimos que había un mercado y decidimos comenzar a profesionalizarnos, vendíamos los fines de semana y fue hasta 2012 cuando le dedicamos nuestro tiempo, lanzamos la página para fortalecer la marca. Sin embargo, desde 2010  formamos parte de los fundadores de la Asycs cuando vimos la cantidad de interesados en el tema, los comerciantes y coleccionistas.

¿Su perfil académico cómo abonó a su negocio?

Somos artistas visuales egresados de la ESAY, tuvimos una galería, posteriormente trabajamos en publicidad y esto nos dio las experiencias y tener bases para el negocio. 

Omar: los padres de Débora nos asesoraron, nos capacitamos en técnicas basadas en investigaciones y nosotros le damos una aplicación comercial.

¿Cómo capitalizaron su proyecto en sus inicios?

Débora: La inversión fue mínima porque ya teníamos las plantas, que es lo más importante, luego con las ventas fuimos reinvirtiendo.

¿Cuál es el valor agregado de su negocio?

Débora: todas las plantas tienen legal procedencia, tenemos todos los permisos para reproducirlas otorgados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Tenemos esa garantía y es importante para los coleccionistas.  Somos de los pocos negocios mexicanos que contamos con un respaldo científico. Hacemos envíos a todo México.

Omar: tenemos un servicio post venta, porque nos interesa que luego que sale la planta, darle seguimiento para que los clientes sepan cómo cultivarlas, cuidarlas porque no mueren si tienen la atención.  Queremos formar gente de cultivar estas plantas. Incluso compartimos un manual de cultivo, además reproducimos 450 especies, algunas de ellas somos los únicos que las reproducimos en México. 

¿Cómo influyó su juventud en el proceso de emprendimiento?

Omar: fue una oportunidad de aprender los temas  sobre permisos, cómo aplicar sistemas de riego, tratamiento de aguas para que las plantas crezcan correctamente, control de plagas, tenemos un plan de manejo. También recurrimos a un contador externo para el tema financiero porque es algo más especializado y preferimos tener a alguien que lo domine.

¿Qué retos enfrentan con su negocio?

Omar: el poco conocimiento que la gente tiene de estas plantas, porque piensan que no pueden crecer aquí o que se van a morir rápido, creen que son muy delicadas, son mitos y por eso nos interesa mucho educar en el tema. Otro reto es que al estar tan retirados de la ciudad la gente no siempre se anima a venir y por eso hemos recurrido a los puntos de venta, tenemos tres y ya contamos con un cuarto esta semana. Las direcciones se encuentran en la página Suculentas Dzityá. También resolvemos esta parte participando en bazares y expos, donde nos contactan tiendas de diseño. 

¿Qué lecciones aprendieron en este tiempo de trabajo?

Omar: a ser constantes para que se abran las puertas, tener una buena presencia en el área digital, eso nos ha ayudado mucho. Tenemos una comunidad grande en Facebook e instagram y no la descuidamos. Aprendimos a adaptarnos al clima y respetar los tiempos de las plantas,  a observar los cambios.

Débora: aplicar la ética comercial al vender productos calidad porque muchos desplazan plantas sólo por vender cuando saben que se morirán pronto. Nosotros preferimos decirles la verdad y no vender lo que no resistirá el clima. 

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