Patricia Itzá/MÉRIDA
Al mes el Instituto de la Mujer atiende a cerca de 300 personas, de las cuales el 10 por ciento solicita un espacio en el refugio, el cual se maneja mediante un modelo “dual”, de manera que no sólo se reciben por un tiempo prolongado sino de manera itinerante.

“Lo que hacemos ahora es fortalecer la atención en los espacios disponibles, manejamos dos planes de trabajo. Tenemos espacio para ocho núcleos de familia, mujeres con sus hijos, pero también para usuarias en transición, que necesitan pernocta y servicios no por un tiempo prolongado”, indicó la directora Fabiola García Magaña.

Informó que a fines de año se detonan las solicitudes en el Instituto, que otorga atención principalmente en casos de violencia psicológica, verbal, económica, física, sexual y patrimonial.

Precisó que la infraestructura con la que cuentan fue otorgada por la administración pasada, que construyó seis cuartos adicionales a los ocho que existían en el refugio.

Desde hace tres meses, debido a la demanda, tanto por el refugio por varios días como por la estancia de “paso” se tiene permanentemente “casa llena”.

Pero además de proporcionar infraestructura, el Instituto también ofrece ayuda médica y de nutrición, asesoría jurídica y psicológica, y cuenta con un  área infantil. Asimismo, a las usuarias se les brinda capacitación laboral dentro del propio espacio y se les da un reconocimiento.