Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Las aves suelen habitar en las copas de los árboles, pues hacen sus nidos en las ramas, pero al no contar con ellos, algunas han tenido que sustituir sus verdaderos hogares por elementos urbanos.

Un pájaro carpintero que habita en la Supermanzana 22, cerca del Parque Folklórico, es un ejemplo de la urbanización a la que viven condicionadas cientos de aves en Cancún, pues los espacios con vegetación han sido reducidos en medio de la urbe.

Cada mañana se le escucha golpear la madera de un poste que sostiene el cableado de líneas telefónicas en la zona y en este sitio él formó su nido.

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“Tenemos que tomar en cuenta que las aves según su evolución se adaptan tratando de sobrevivir cuando uno les quita su hábitat”, describió Patricia Escalante, investigadora del Instituto de Biología  de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La principal problemática a la que se enfrentan las distintas especies de aves es que ellas vivían en sitios que poco a poco pasan a formar parte del desarrollo de condominios habitacionales, avenidas o plazas comerciales y entonces de la noche a la mañana dejan de ver los árboles que ellos elegían para anidar y reproducirse.

Algunas de las modificaciones que han tenido que hacer en su diario vivir consisten en la construcción de nidos en edificios o en cables de alumbrado público.

“Muchas de estas aves, vivieron antes un periodo de desarrollo entre la selva, pero luego les toca concluir su ciclo de vida en zonas urbanas”, agregó la especialista.

Riesgos del 'vuelo' en la ciudad

Mientras que otras de las circunstancias a las que se enfrentan al vivir en la ciudad es que a menudo corren peligro al chocar con ventanas de edificios, pues no alcanzan a percibir que hay cristales, y en otras ocasiones hasta son atropelladas por vehículos de motor o accidentadas con embarcaciones, de acuerdo con Alberto Charles Saldívar, presidente honorario de la fundación Amigos de Sian Ka’an.

La fundación “Fauna digna”, presidida por Hilary Wisner, al paso de 30 años-periodo que coincide con el desarrollo de Cancún- ha logrado apoyar en la recuperación de más de tres mil aves de distintas que fueron accidentadas de diferentes maneras.

Algunas enfrentan la convivencia con el humano

Las palomas y los zanates, son un ejemplo de la fuerte adaptación de algunas especies, pues a menudo se les observa en las calles, en restaurantes a cielo abierto y en basureros conviviendo de manera indirecta con personas.

En estas circunstancias ellas se ven beneficiadas porque así obtienen alimento.

“Ellas fueron más allá de sobrevivir y tomaron ventaja de vivir con el humano,  por eso van aumentando de manera no muy buena, aunque son especies que se han visto favorecidas”, agregó la investigadora Escalante.

Cuando este tipo de especies son asociadas en gran número con los asentamientos urbanos se transforman en plagas capaces de transmitir enfermedades a través de la contaminación de alimentos, de acuerdo con la Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad (Conabio).