Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre:
El derecho al desorden y el derecho a marcharse
Charles Baudelaire

Privilegiar la experiencia en la designación en cargos públicos debiera ser el factor principal para la obtención de los mismos, pero cuando a esa circunstancia se le suma el “favor político”, suelen surgir las más interesantes hipótesis de integración de las entidades de la administración pública, y ahora ocurrió en el relevo de la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del estado de Quintana Roo  (Cdheqroo).

Desde el lanzamiento de la convocatoria para la sustitución de Harley Sosa Guillén surgieron las más diversas versiones, pero en este espacio insistimos en que desde la XV Legislatura se impulsaba a candidatos afines a los legisladores integrantes de esa instancia, lo cual quedó confirmado al anunciar la terna de finalistas; pues dos de ellos, Leopoldo Cruz Navarro y Marco Antono Toh Euán, quien al final resultó el ganador, fueron “fieramente” impulsados por los diputados Juan Carlos Pereyra Escudero y Eugenia Solís Salazar, respectivamente. La  tercera finalista fue Tatiana Gómez Morga, hija de la secretaria general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FTSE).

Hasta la presentación de la terna, algunos otros aspirantes fueron sometidos a duros señalamientos en redes sociales por sus vinculaciones con “el poder”, lo cual permitió a los “decisores” mantener sus propuestas con bajo perfil; dos de los finalistas ya laboran en la Comisión: Toh Euán es coordinador de visitadores en la zona norte quintanarroense y Gómez Morga es jefa de la Unidad de Vinculación; el único externo fue Cruz Navarro, presidente de la Barra de Abogados de la Riviera Maya.

Queda claro que la trayectoria profesional es insuficiente para garantizar espacios en la administración pública, es indispensable contar además con el respaldo político que pueda “mover voluntades”… ¿hay cambio?