Hugh Jackman te hará volar alto en el cine ¿Ya la viste?

Una película disfrutable y criticable; tiene todos los puntos necesarios para despedazarla cinematográficamente.

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Por: Rafael Destúa

Disfrutar u odiar una película tiene mucho que ver con la disposición que se tenga cuando la ves; tan fácil como que no es lo mismo ir obligado que por gusto. Pero hay otro elemento, un carisma del que algunas películas originales e inteligentes carecen, pero que a otras simplonas y llenas de estereotipos les sobra. “Volando Alto” es una muy carismática colección de clichés.

En las olimpiadas de invierno de 1988, en Calgary, Canadá, un personaje robó cámaras con sus lentes de fondo de botella y ausencia de físico atlético: Eddie Edwards era una estrella, pero un pésimo saltador de esquí. Su persistencia en llegar a la competencia representando al Reino Unido, a pesar de sus limitadas cualidades deportivas, hacía que los espectadores se identificaran con él.

Tal como dice el poster, “Volando alto” se inspira en el sueño de Eddie “El Águila” -como le llamaron los medios- y aunque primero se plantea como una parodia termina siendo una cinta motivacional deportiva de primera.

Son tantos los clichés, incluido el entrenador alcohólico y amargado, que la película en sí misma -con su alcance internacional- parece seguir el ejemplo del que se inspira. El director Dexter Fletcher sabe mover nuestra atención de Eddie a su amistad con Bronson -Hugh Jackman, el entrenador-, al sueño del deportista de manera que lo hagamos propio en cada predecible paso.

Taron Egerton es irreconocible respecto a “Kingsman”, con manierismos, tics y movimientos logra desvanecerse detrás de Eddie. Jackman presta su fama al filme, pero su rol recuerda un poco al de “Gigantes de Acero”. El resto del reparto la tiene fácil con los estereotipos de personaje que tienen.

Otro elemento nostálgico lo tenemos en la música, con aires de Vangelis y un excelente trabajo de la producción de arte para revivir muchos aspectos de los ochenta, que quienes los vivieron disfrutarán.

Una película tan disfrutable como criticable; tiene todos los puntos necesarios para despedazarla cinematográficamente, pero sin embargo cae tan bien al humor que no deseas amargarte atacándola.

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