Rubi Velázquez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La falta de inclusión originó que Óscar Hurtado, joven profesionista con síndrome de down, no haya podido viajar el pasado 13 de junio en la aerolínea Volaris de Mérida al Distrito Federal.

“No es posible que llevo luchando por la inclusión los 25 años que tiene de vida Óscar y que después de demostrar con hechos que mi hijo es capaz, además de ser uno de los jóvenes con síndrome de down titulados en el país, aún tenga que seguir luchando”, dijo Karin Ingeborg Von Der Rosen Von Der Meden, madre de Oscar.

Radicada en la Ciudad de México, aseguró que su hijo viaja al menos dos o tres veces al año para visitarla, tomando un vuelo desde Yucatán y que en ocasiones anteriores no existió ningún problema ya que viajó en la aerolínea Interjet.

Por motivos de horarios buscó que el viaje se realizara esta vez por Volaris y aunque en el reglamento se especifica que no pueden viajar personas con algún tipo de discapacidad solas, es decir, sin algún acompañante que se responsabilice por él, llamó a la aerolínea y explicó la situación, obteniendo en primera instancia un sí como respuesta.

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“Lo que yo pedía era que alguien de la aerolínea lo llevara hasta el avión y que después en el Distrito Federal lo llevara hasta mi” destacó.

Sin embargo, esto no era por que él no pudiera hacerlo, simplemente Óscar suele tardar un poco más de tiempo normal en hacer las cosas y le preocupaba a su madre que perdiera el vuelo por un retraso o que en el aeropuerto capitalino tardara más tiempo en encontrar la salida.

Pago extra por el vuelo

Para hacer más ágil el proceso, le solicitaron vía telefónica, adquirir un lugar preferencial y pagar un cargo extra para que la maleta no fuera documentada y tuviera que pasar por banda, costos que ella accedió a cubrir.

Un día antes del viaje, Karin vuelve a llamar a la aerolínea para recordar el plan acordado con la agencia,como respuesta le dijeron que debía pagar la cantidad de 900 pesos para que alguien lo acompañara hasta el avión y luego hasta donde estaría esperándolo ella. 

La madre no se negó a realizar el pago, sin embargo, el día del vuelo al entregarle el pase de abordar le indicaron al padre de Óscar, en la ciudad de Mérida, que no podría subir sin un adulto que lo acompañara al avión.

“En ese momento mi ex marido me marcó por teléfono para informarme e intentamos hacer el pago de los 900 pesos, pero solicitaban físicamente una tarjeta de crédito a la cual se pudiera hacer el cargo y a pesar de que les dije que les daba los 16 dígitos para que se realizara la transacción su respuesta fue grosera y negativa”.

Es así como los padres de Oscar señalan que su hijo fue víctima de una actitud discriminativa por parte del personal de la aerolínea además de que sus políticas carecen de inclusión para personas con alguna discapacidad.