Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Cada día son más de mil recorridos de embarcaciones y motos acuáticas los que se realizan por los canales de la laguna Nichupté, situación que lentamente estresa a los manglares y les causa entorpecimiento en su crecimiento, en ocasiones hasta la muerte.

Los recorridos por el sistema lagunar son un atractivo más para los visitantes del destino, además que muchos parten de este punto para realizar actividades de snorkel o parachute.

“Hay varios factores que pueden dañar a los manglares: la interrupción del flujo hidráulico, los huracanes y el paso de las motos acuáticas, así como embarcaciones”, describió la bióloga Patricia Santos González, jefa del departamento de Área Natural Protegida (ANP) Manglares de Nichupté.

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La velocidad provoca que se creen corrientes y además de empujar el agua hacia los manglares, también se va hacia ellos sedimento que se llega a acumular en las raíces.

“Cuando hay sedimento en sus raíces, se interrumpe el flujo hidráulico hacia la parte interior del humedal y se llega a estresar, por eso insistimos mucho, entre muchas otras cosas, que la velocidad tiene que ser baja”, agregó Santos González.

Actualmente la velocidad permitida por Capitanía de Puerto es de cuatro nudos, y los operadores turísticos integrados en la Asociación de Náuticos de Cancún, se ven forzados a respetar esta medida.

“Nos encargamos de supervisar de que respeten los lineamientos que hay establecidos en general para operar y uno de estos requisitos es no rebasar la velocidad establecida”, comentó Ricardo Muleiro, presidente de la Asociación de Náuticos.

Sin embargo, colaboradores de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) han detectado que en un solo día pasan hasta 100 embarcaciones que pertenecen a particulares y a estas no hay quien las regule.

Actualmente en los polígonos considerados como zonas bajas, la tasa de supervivencia es de 87% y en los más altos es de 92%, cuando después del huracán “Wilma” la tasa se redujo a 0%, pues en el manglar de borde no quedó ni un árbol vivo, es por esto que la bióloga Santos González recomienda a las personas hacer conciencia de cómo se conducen en el sistema lagunar.