Por Rafael R. Deustúa

Con un control de videojuego en las manos no importa porqué cientos de agentes/aliens/zombis/nazis tratando de matarte siempre que puedas eliminarlos a todos con todo tipo de imaginativos artilugios y verte bien al mismo tiempo. Esa idea la entendió el productor detrás de “Agente 47”, quién dió más importancia a verse bien matando enormes cantidades de enemigos que al libreto.

John Smith dice a la bella Katia que la desea proteger de un asesino de leyenda que viene tras ella, un tal “47”, pero cuando éste se presenta resulta que es el verdadero protector. Luego ella tampoco resulta ser la dama en apuros que creías y todos siguen cambiando de roles e identidad mientras asesinan a cualquiera en muchos kilómetros a la redonda; eso sí, todo con la mayor estética posible.

Cinta de esteticismo

Si “Mad Max: Furia en el Camino” fue una ópera de Heavy Metal Punk dedicada a la violencia, “Agente 47” es su equivalente en ballet. El director Aleksander Bach cuida todos los planos para dar a su cinta el esteticismo de un comercial de perfumes, lo cual puede sonar extraño para una película de acción, pero a fin de cuentas ambos son sin sentidos mercadotécnicos destinados a hacer sentirse bien a su público objetivo.

Bach emplea su enrevesado y desechable guión como un pretexto para hilar las escenas de acción con una muy cuidada cinefotografía a cargo de Ottar Gudnason. En cada cambio de escenario alrededor del mundo siempre tenemos oportunidad de ver panorámicas aéreas o atardeceres antes de que todo explote y mueran cientos de malos.

Presupuesto de la película

Hay buenas coreografías de peleas, efectos especiales decentes considerando el presupuesto de 30 millones de dólares y algunas secuencias interesantes, pero el problema de esa imágen tan plástica es que no te involucras en la acción, mas bién buscas debajo de tu asiento los números para dar una clasificación luego de cada acrobacia.

Rupert Friend (47) se ocupa de verse serio y despiadado aunque se le entuman los labios; Hanna Ware (Katia) de verse guapa y Zachary Quinto (Smith) consigue su mismo villano genérico de siempre. Los demás disparan, golpean y mueren en sincronía, tal como se esperaba de ellos.

Una buena cinta de acción para poner la mente en blanco y no cuestionar nada, pero no urge verla en cine.