Idalia Carrillo /SIPSE
El atraso en la apertura al público de la zona arqueológica de Ichkabal le resta elementos al sur del estado para detonar el turismo, generar empleos y derrama económica.

Aunque existen más zonas arqueológicas como Oxtanka y Kohunlich, entre otras, la de Ichkabal representa grandes expectativas para los empresarios.

Deborah Angulo Villanueva, líder de la Asociación de Hoteles y Moteles del Sur del Estado, informó que los empresarios deberán ser pacientes, “podemos salir con lo que tenemos, y no nos queda más que esperar. Afortunadamente tenemos con qué hacerle frente a la demanda de sitios arqueológicos”.

Agregó que Ichkabal es un proyecto muy ambicioso y como tal son diversos los asuntos que se deben resolver como la tenencia de la tierra y los servicios complementarios que ofrecerán los ejidatarios de Bacalar.

Angulo Villanueva comentó que los empresarios de la asociación que encabeza, coinciden en fortalecer el concepto de Chetumal como un centro distribuidor, en el que también pueden encontrarse actividades nocturnas y culturales.

“La naturaleza y el mar se venden muy bien. Hablando de Mahahual y Bacalar, pero no tienen suficientes habitaciones y ahí es donde entra Chetumal, como un centro de distribución”, detalló la entrevistada.

El lanzamiento internacional de la zona arqueológica de Ichkabal depende de la conclusión de los trabajos de restauración que realiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la oferta de servicios que proporcionará el Ejido Bacalar.

José Hadad Estéfano, director del Fideicomiso Grand Costa Maya, advirtió que otro de los problemas es que no se ha concretado la oferta de servicios, tales como áreas para estacionamiento, torres de avistamiento de aves, venta de souvenirs, oferta de recorridos alternos, visitas guiadas en los alrededores de la zona arqueológica, entre otros, por lo que el atraso en la apertura del sitio es inminente.