Benjamín Pat/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El Albergue Estudiantil Indígena de Chetumal sobrevive actualmente con apoyos de despensa por parte de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Rural, porque la ex directora se llevó la mesada de este mes, confirmó la encargada del lugar.

Mildred Amparo Catzin Chuc, dijo que según los documentos y recibos que se han revisado, unos días antes de que Guadalupe Rosado Pat se fuera, recibió el cheque más reciente pero no dejó el dinero.

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“Es por eso que hasta el momento no han podido darnos lo correspondiente al mes, y mientras nos están surtiendo víveres de la Sedaru y también pedimos el apoyo de algunos proveedores”, destacó.

La entrevistada, dijo que la revisión interna continúa a fin de dejar claras las cuestiones financieras y después ver de qué manera mejorar el funcionamiento del albergue en donde se encuentran 210 jóvenes.

Detalló que entre otras irregularidades detectadas hasta el momento está el caso de 20 expedientes de jóvenes, los cuales, ya no se encuentran físicamente desde hace tiempo, sin embargo, se mantenían como activos y sus registros servían para justificar gastos.

“También vimos que había 90 muchachos becados por la CDI. Verificamos la lista y solo había 43 de ellos, aunque lo más grave es que algunos ni siquiera sabían que tenían una beca”, afirmó Catzin Chuc.

En cuanto a la cuota de 25 pesos semanales que se les cobraba a los jóvenes, dijo que dicho cobro ya fue eliminado, pues representaba una afectación grave a la economía de los estudiantes, sobre todo porque muchos ya estaban en calidad de morosos.

Niega haberse quedado con el dinero 

Sobre la serie de acusaciones en su contra, Rosado Pat, aseguró que eran falsas y que no se robó los 54 mil pesos mensuales señalados. 

“El dinero no está porque es para pagar. Si no está es porque cuando yo me quité deje llena la bodega con mercancía, tenía también carne el refrigerador. Era un fondo revolvente y por supuesto que una vez que llega hay que pagar”, señaló.

En tanto, reconoció la implementación del cobro semanal de 25 pesos, el cual justificó con las dificultades financieras por las que pasaba el Albergue Indígena.