Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- El crecimiento de la zona habitacional hacia el poniente desprovista de árboles y vegetación nativa, ha generado que los microclimas en esta ciudad se agudicen más, por lo que se prevé que este año la temperatura registrada en 2016 de 37.9 grados centígrados podría ser rebasada en el próximo verano.

Lo anterior lo informó Antonio Morales Ocaña, meteorólogo local, y explicó que las altas temperaturas que se generaron durante el mes de abril y que alcanzaron los 34 grados centígrados se debieron a la sequía que se vive en esta parte costera, producto del calentamiento global y el cambio climático.

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“La falta de lluvias en combinación con la deforestación ha generado que tengamos más de 33 grados registrados durante abril y una sensación térmica de 48 y 49 grados que es la misma sensación del 2016, cuando la temperatura alcanzó los 37.9 grados”, afirmó.

Lo anterior da una proyección de que 2018 se rompa récord y de acuerdo al experto de meteorología, lo que preocupa para una ciudad costera como Playa del Carmen es que se registren microclimas.

“Los vientos alisios que llegan desde el mar con cierta humedad se van perdiendo conforme se adentra hacia el poniente por lo que fraccionamientos como Villas del Sol, Misión Las Flores, Cataluña y Palmas 2, por mencionar algunos, se sienten temperaturas más altas que en los primeros tres o cuatro kilómetros de la zona urbana respecto a la costa”, aseguró.

Por lo anterior recomendó a la ciudadanía extremar precauciones con las olas de alta temperatura que se podrán registrar especialmente en el verano, pues en otros años se han registrado golpes de calor fatales.

Entre esas medidas que recomendó está usar ropa holgada y color claro que cubra la mayoría del cuerpo, como brazos, y tener protección facial como gorras o sombreros, lo que además se previene los efectos de la radiación solar que se puede ser dañina ya para la salud.

De acuerdo con los registros del Departamento de Meteorología, los aumentos de estas temperaturas se comenzaron a registrar en el 2013 con la autorización por parte de autoridades de la pasada administración de miles de casas que se construyeron sin dejar reservas arboladas que enfríen el ambiente, pese a existir reglamentos de los tres niveles de gobierno que exigen la cobertura vegetal.