Alejandro García/SIPSE
CANCÚN.- Los mercados a los que se dirige la industria de tiempo compartido es muy diferente a la de plataformas como Airbnb, por lo que está por ahora no representa una competencia fuerte, sin embargo, si no se trabaja en la adecuada promoción las plataformas pueden ganar terreno.

Hasta ahora las plataformas de renta vacacional le hacen competencia a los hoteles, el cliente potencial de Airbnb tiene un perfil diferente al que compra tiempo compartido, que está enfocado a los “baby boomers” y la generación X, pero aun no abarca la generación Z o los millenials, comentó Carlo Trujillo Balmaseda, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos (Amdetur).

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En Quintan Roo son 200 desarrollos, con 60 mil cuartos los que tiene Amdetur, que es 60% de la oferta de tiempos compartido, comentó.

De acuerdo con el estudio “Economías colaborativas, desarrollo e impacto en el Turismo: Airbnb en Cancún”, elaborado por la Universidad del Caribe “el turista Airbnb” en Cancún corresponde en su mayoría a los denominados millennials, jóvenes entre 21 y 40 años, con alto nivel de estudios, que poseen ingresos anuales entre 18 mil  y 46 mil 600 dólares.

Por su parte, Miriam Cortés Franco, presidente ejecutiva de la Asociación de Clubes Vacacionales en Quintana Roo (Acluvaq), señaló que la plataforma Airbnb no genera empleos, contrario a una habitación de hotel que genera ocho empleos. Y además encarece la renta de viviendas.

La regulación de las plataformas de renta vacacional ha llevado un proceso largo, pues aunque se logró que pagarán 3% de impuesto por concepto de hospedaje, también se pretende que se adhieran al Registro Nacional de Turismo y delimitar su zona de operación por cuestiones de seguridad.

En este sentido la Secretaría de Turismo del estado envió una propuesta a Airbnb en donde delimitaban territorialmente la operación y asimismo establecían un número de días de operación al año, sin embargo, la dependencia desistió en su intención de regular los periodos de operación de la plataforma Airbnb, ya que un anfitrión puede “saltar de una plataforma a otra” rebasando ese período de operación.