Sequías amenazan ganadería en el sur; prevén perdidas millonarias
De acuerdo con el dirigente ganadero apenas llevan un mes sin que caigan lluvias en la región.
Alrededor de 35 mil cabezas que conforman el hato ganadero de Bacalar están bajo amenaza. La sequía ha provocado que los pastizales se agoten y los jagüeyes se estén secando, por lo que ahora tienen que acarrear agua y comprar alimentos.
Carlos Alfredo Rodríguez García, representante la Asociación Local Ganaderos Unidos de Bacalar, dijo que la temporada de estiaje apenas inicia.
Declaró que, como cada año, la preocupación durante la temporada de sequía es mucha; los alimentos cada vez son más caros y pastizales y el agua en los potreros están disminuyendo, al igual que el peso del ganado, lo que podría dejar pérdidas millonarias a los productores ganaderos.
Explicó que, si un ganado de 500 kilos pierde el 30 por ciento de su peso por la sequía, representa una pérdida de 150 kilos por cada animal, lo que equivaldría a una merma de más de seis mil pesos por animal; pero nadie compra animales flacos.
Productores enfrentan un mes sin lluvia
De acuerdo con el dirigente ganadero apenas llevan un mes sin que caigan lluvias en la región y los estragos ya son de consideración, principalmente en pequeños productores quienes se las están ingeniando para alimentar sus animales.
El acarreo del agua representa un aumento considerable en los costos de producción, sobre todo porque en la temporada de calor una vaca adulta puede llegar a consumir más de 100 litros de agua.
“No es tanto el costo del agua, sino el de transportación, hay que llenar abrevaderos dos veces al día, y un flete de camioneta representa al menos 40 o 500 pesos dependiendo de la distancia donde se encuentren los animales”, comentó.
Ante el abandono de las autoridades, dejan sus esperanzas en San Joaquín, patrono de Bacalar a quien piden que, los estragos del fenómeno del niño no sean tan grave ya que no cuentan con apoyos de ningún órgano gubernamental.
“Pedimos a los funcionarios de los tres niveles de gobierno, principalmente del agro, pongan la mirada en el campo, y la mano en el corazón, de lo contrario al terminar la temporada de sequía los resultados podrían ser catastróficos”, finalizó.