Edgardo Rodríguez/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Autoridades de los tres órdenes de Gobierno, organizaciones cañeras y el ingenio San Rafael de Pucté, definirán la situación de los 360 kilómetros de caminos sacacosecha afectados por las lluvias, debido a que la zafra 2013-2014 está por concluir y sólo tendrán cuatro meses para la reparación de las vías.

Aarón Renteral Campos, presidente de la Unión Local de Productores Cañeros (ULPC), detalló que dentro de las propuestas se encuentra la opción de contratar constructoras locales para evitar elevar costos de reparación, además, la mezcla de recursos por parte de las dependencias para aumentar la bolsa financiera y con ello abarcar la mayor longitud posible de vías afectadas.

Al respecto, detalló que la intención de las agrupaciones cañeras y de la industria, es poder reparar la mayor parte de los caminos sacacosecha debido a que esto impediría el desarrollo de la zafra siguiente y también se agravaría la situación, pues al no recibir atención se estarían empeorando por el tránsito de vehículos con carga pesada.

“La propuesta que manejamos es contratar a empresas locales que ya han trabajado con nosotros y con las cuales esperamos manejar un presupuesto que podamos pagar, pues el año pasado el ingenio San Rafael de Pucté nos financió cinco millones de pesos para cerca de 60 kilómetros de caminos y hasta el momento no se los hemos logrado pagar por el bajo precio de la caña, por lo que la industria no podrá liberar nuevos recursos hasta que no paguemos el adeudo”, abundó.

Gabriel Rivas Canul, presidente de la Asociación de Productores Cañeros A.C., explicó que durante la zafra los caminos reciben un tránsito de hasta 80 vehículos diarios, siendo la mayor parte de ellos vehículos de carga pesada como son los camiones cañeros, los cuales trasladan entre 25 y 40 toneladas de caña a través de estas vías hacia la industria.

Dijo que los caminos son de vital importancia para el sector de la vara dulce pues conectan a los campos de producción con la industria, y de no ser reparados ocasionarían que se dificulte la entrada a los cañaverales para sacar la producción, elevando los gastos de cosecha.