Priístas del sur en criogenia

Con sus carreras políticas severamente heridas como consecuencia de los raspones recibidos en la oscura etapa del “borgismo”...

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Con sus carreras políticas severamente heridas como consecuencia de los raspones recibidos en la oscura etapa del “borgismo”, un cuarteto de priistas chetumaleños experimentados que no han querido o no han podido abandonar el partido se mantienen en una especie de congelamiento temporal, esperando resucitar sus trayectorias en un futuro más favorable, quizá cuando la quemazón de las denuncias y señalamientos baje de intensidad.

En esta criogenia voluntaria están el ex dirigente del PRI y ex líder del Congreso local, Pedro Flota Alcocer; el ex secretario particular de Roberto Borge Angulo, Manuel Valencia Cardín; el ex secretario de Educación, José Alberto Alonso Ovando, y el ex alcalde capitalino Eduardo Espinosa Abuxapqui, quienes en la última década estuvieron siempre en los primeros planos de la grilla local pero desde hace un tiempo se sabe poco o nada de ellos.

Uno de los que resultó con quemaduras graves por la explosión de la alternancia fue Pedro Flota Alcocer, cuya pericia en los mares de la política y su colmillo nadie lo cuestiona, pero que comprometió su carrera al encabezar los trabajos legislativos para crear el fallido “paquete de impunidad” del ex gobernador Roberto Borge.

Flota Alcocer apostó y perdió, y aunque su partido le dio un cargo casi honorario como coordinador en el sur del estado, sabiamente ha decidido apartarse por un tiempo, aunque podría estar de regreso mucho antes de lo que se podría pensar.

En cambio Abuxapqui, que de ser recordado como uno de los mejores alcaldes chetumaleños en su primera vez al frente del Ayuntamiento echó por la borda todo su prestigio en su segunda vuelta, siendo señalado por el actual gobierno municipal como un vil saqueador del erario, no parece tener posibilidades de salir del congelamiento, a menos que quiera malbaratarse con alguna posición partidista de baja relevancia.

Por su parte Manuel Valencia y José Alberto Alonso, influyentes secretarios del anterior gobierno, también dieron un paso al costado en espera de mejores tiempos, a pesar de que no salieron tan embarrados del lodazal del borgismo.

Y es que Alonso Ovando y Manuel Valencia no son, ni fueron nunca, borgistas en toda la extensión de la palabra, y son funcionarios que en su momento recibieron el visto bueno de los quintanarroenses por su buen trato y capacidad de gestión, cada uno en su respectiva área.

Este par de priistas en criogenia ha permanecido ajeno a la desbandada del PRI y a los conflictos internos, sin tomar partido ni banderas hasta el momento, pero el calorcito del 2018 que cada día se va sintiendo con mayor intensidad podría sacarlos del congelamiento si las condiciones son las propicias. Ya veremos.

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