Apicultores van por certificación para su centro de acopio

Actualmente deben acudir a la ciudad de Mérida para garantizar la calidad de su miel.

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Apicultores de Bacalar buscan certificar su centro de acopio. (Javier Ortiz/SIPSE)
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Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los apicultores que conforman la cooperativa “Kabi Habin” buscarán acercamiento con las nuevas autoridades federales para certificar su centro de acopio, debido a que en seis años no lo consiguieron porque no contaron con apoyo.

Agustín Tun Hu, acopiador de la organización de apicultores ubicada en la comunidad de Blanca Flor, municipio de Bacalar, señaló que necesitan al menos cinco millones de pesos para concluir con las instalaciones del centro de acopio, requieren una bodega para tambores nuevos, remodelación integral con pintura específica para piso y techos lavables, como lo especifican los requisitos por parte de la Senasica (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria).

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Varios años “tocaron puertas” en las distintas dependencias federales, principalmente la anterior Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), ahora convertida en Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

Certifican sus productos en Mérida

Sin embargo, no encontraron la respuesta esperada, por lo que tienen que certificar su miel en la ciudad de Mérida, Yucatán, lo que además de engrosar los números de producción de esa entidad, afecta económicamente a los apicultores locales que tienen que absorber los costos que les genera la transportación hacia esa entidad, los servicios y transportación hacia el embarque hacia Alemania.

El proyecto lo mantienen detenido desde hace más de cinco años, por falta de apoyo de las autoridades, pues sólo cuentan con área de recepción del producto y bodega para producto terminado. En la medida de sus posibilidades han estado invirtiendo en infraestructura cada año, señalaron los apicultores.

La certificación define la calidad y garantiza que se encuentra libre de químicos en el proceso de producción, para lo cual utilizan productos orgánicos. El mercado europeo es especial en este sentido y cuentan con sus propios laboratorios de certificación y verificación para garantizar que la miel que van a distribuir cuente con la calidad que requieren, indicaron los productores.

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