Eva Murillo/ SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Las escuelas de nueva creación o edificadas en los últimos años se caracterizan por carecer de sombras naturales, los planteles que se ubican en la periferia de la ciudad están a unos metros de la selva pero sus áreas comunes no tienen árboles en donde los menores se resguarden de los rayos del sol durante el recreo o en la clase de educación física, por lo que padres de familia propusieron evitar la tala en lugar de poner domos.

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Benito Juárez es uno de los municipios de Quintana Roo en la que no existe una ley de protección a los árboles urbanos, donde la reglamentación de Ecología municipal indica que se puede talar un árbol si éste representa peligro para alguna construcción, pero según declaración de la directora de esa dependencia, Jeannina Medrano, cuando la tala se hace en un predio privado, el dueño puede talar pero se compromete a donar otras especies que posteriormente son usadas en labores de reforestación.

“Estamos rodeados de árboles, a unos metros está la selva, pero cuando hacen una escuela tiran todo, no se ponen a pensar en que los niños van a estar en el sol y luego gastan dinero en hacer domos, deberían dejar árboles y ya no hacer esa inversión”, opinó la madre de un alumno del kínder Kukulkán ubicado el fraccionamiento Villas del Mar Dos y que fue construido hace dos años.

Una de las maestras de ese plantel comentó que los menores no quieren jugar en el patio porque el sol les molesta, por eso durante el recreo los mantiene en la sombra que da el techo del aula. A los juegos, ni acercan.