Durante su niñez construyó sus propios juguetes

Armando Santiago Cohuo Dzul, de 44 años de edad, recuerda con alegría aquellos tiempos en los que un trompo le daba horas de diversión.

|
Recuerda que el trompo de madera fue uno de sus juguetes favoritos cuando era un niño. (Tomás Álvarez/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Alejandra Galicia/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Armando Santiago Cohuo Dzul, de 44 años de edad, originario de Chetumal, vive desde hace 10 años en Cancún, es el mediano de tres hermanos y cuando era un niño iba a la selva, seleccionaba y rescataba los troncos secos y con un machete que tenia en casa y diseñaba la forma que le daría a su nuevo juguete, colocaba la mitad de un clavo en la punta de madera y en aproximadamente una hora terminaba su trompo, con el que pasaba horas de diversión en compañía de sus dos hermanos y vecinos.

El trompo de madera fue uno de sus favoritos cuando era un niño y recuerda que en su época de juegos, las piezas eran construidas por los niños debido a que no había dinero para comprarlos.

Otro de los juegos que adoraba en su niñez Armando eran las clásicas cascaritas de fútbol y como no tenían balón para jugar recolectaba dinero entre sus 14 vecinos hasta juntar la cantidad de 68 pesos. Recuerda que en esa época no era significativa la marca del juguete, únicamente importaba las horas diversión que pasaban en grupo y los goles que anotaban.

A la edad de 12 años dejo su trompo y las “cascaritas de fútbol” que lo divertían para acompañar a su padre en el trabajo de campo, llevar alimento a casa, porque ya era "grande para trabajar".

Actualmente Armando Cohuo es padre de familia, tiene tres hijos, dos hombres y una mujer y ha sido testigo del cambio en los juguetes, dejaron de ser de madera, los niños ya no fabrican sus propios juguetes y ahora los compran en los supermercados o tiendas especiales.

Armando recuerda con nostalgia las épocas de diversión y los juguetes que usaba y que hoy en día son artesanías.

Sus hijos también se divierten con un trompo y con pelotas de fútbol como él en su niñez, sin embargo, la forma y estructura de los juguetes han cambiado y disfruta que sus hijos se diviertan.

Así como Armando fue feliz en su niñez convierte la navidad de un niño en sonrisas y participa en la campaña de donación “24 días, 24 horas”, acude a las instalaciones del periódico Novedades Quintana Roo, ubicado en la supermanzana 20, calle Pecari, y dona un juguete nuevo que no utilice baterías. Esta navidad todos somos Santa Claus.

Lo más leído

skeleton





skeleton