Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- José Gómez Burgos, secretario de la Cooperativa Turística del Mar Caribe, consideró necesario que las autoridades comiencen a ordenar la actividad del buceo en mar abierto, y hacer inspecciones rutinarias porque debido al crecimiento que han tenido, cada vez llegan nuevos prestadores que no están certificados y que congestionan las zonas de buceo generando una presión mayor al ecosistema.

“Nosotros tenemos aquí toda la vida, somos pescadores y muchos ahora nos dedicamos al turismo y hemos visto cómo cada vez hay más y más buzos y habría que comenzar a regular la actividades porque al final lo que se afecta es el mismo arrecife y lo tenemos que preservar”, comentó.

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La función primordial que tienen ante llegada de huracanes y para la vida marina e incluso los efectos de la recuperación  de playas y las actividades antropogénicas son argumentos que los prestadores de servicios náuticos usan para destacar la importancia de los arrecifes, y que podrían ser el inicio de un manual de buenas prácticas para quienes explotan esas actividades.

De acuerdo con Miguel Ángel Ramírez Lara, las 26 empresas de la Asociación de Prestadores de Servicios Náuticos que presiden, han establecido la máxima: “se vale ver pero no tocar” para los turistas con quienes trabajan.

“Vemos que hay gente inconsciente o autoridades que no hacen por preservar el arrecife y no ponen señalamientos y eso genera que la gente se quiera llevar como recuerdos a los arrecifes y les arrancan pedazos y ha ido desgatando el arrecife. Nosotros hemos tratado de que los turistas hagan conciencia a través de nuestros tours para que sí vean esas maravillas pero no las dañen, y hasta hemos tenido enfrentamientos con ellos”, dijo.

Práctica común

Lamentó que esas prácticas que datan desde el inicio de las actividades turísticas en este destino vacacional, han generado gran parte del deterioro de los corales y advirtió es necesario que se tomen cartas en el asunto.

Ya en 2015 Germán Yáñez, del Círculo Espeleológico del Mayab había hecho un llamado a las tiendas de buceo para no arrancar los corales o las piedras dentro de las cavernas, donde también las actividades de buceo deterioran el entorno, y aseguró que es común que en sus recorridos  se encuentre estructuras tiradas en las cavernosas a apenas seis metros profundidad.

Gómez Burgos consideró que una alternativa es apoyar el trabajo de la Asociación de Prestadores de Servicios Acuáticos (APSA) que presentó a la Secretaría de Turismo (Sectur) una propuesta para actualizar la Norma Oficial Mexicana 09 relativa a los guías especializados, y hacerla extensiva a los buzos no solo de la cuevas y cavernas sino de mar abierto.

La medida se trata de crear un ordenamiento para estandarizar la práctica del buceo en cavernas y cenotes en la zona de Riviera Maya, aunque por ser una norma federal aplicaría para todo el país; lo que el otrora pescador ve es que se puede aplicar a toda la actividad del buceo, con lo que la Secretaría de Turismo federal tendría que credencializar toda la base de datos de quienes se certifiquen ante ella.

Manual de buenas prácticas

Saving Our Sharks promovió en 2012 y 2013 un manual de buenas prácticas enfocado a la seguridad para quienes hacen buceo con tiburón toro; en ese entonces Ismael Loría, miembro de la agrupación, incluyó a más de 30 casas de buceo, pero Ramírez Lara calcula que actualmente hay al menos el doble.

Desde hace casi cuatro años existe el Programa de Ordenamiento Ecológico Marino y Regional del Golfo de México y Mar Caribe con el que se buscó dar una protección a los recursos naturales  de seis estados, incluido Quintana Roo.

El documento regularía varias cosas, desde construcciones de costa hasta las campañas de protección al mangle, y daría los criterios y lineamientos para regular actividades pesqueras y turísticas en el mar, pero desde noviembre del 2012 que se publicó el Programa no se ejecuta en la práctica.