Las malas notas de Arturo Fernández

Como director general del Colegio de Bachilleres, Arturo Fernández Martínez ha sido superado por los desafíos del sector que requiere un mando tan sensible como efectivo...

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Como director general del Colegio de Bachilleres, Arturo Fernández Martínez ha sido superado por los desafíos del sector que requiere un mando tan sensible como efectivo, por lo que su permanencia en el cargo atenta contra los fines de ese exigente proyecto de formación educativa.
 
Arturo Fernández no es ni eficiente burócrata ni destacado político. Cómo no recordar su derrota como candidato a diputado local en 2005, cuando Mario Rivero Leal –de la fugaz coalición PAN-PRD– lo aplastó en las urnas, destino de la ignominia compartido con otros dos priistas afines al entonces gobernador Joaquín Hendricks Díaz: Cecilia Loría Marín y Moisés Pacheco Briceño.
 
La soberbia y exceso de confianza de Arturo Fernández lo llevaron al fracaso en esa elección, ya que se dio el lujo de rechazar el apoyo ofrecido por su gremio: el SNTE, pese a que sus líderes tradicionales lo consideraban un esquirol, por el hecho de ser un subordinado de Joaquín Hendricks.
 
Por ello no debe sorprendernos que los colegios de Bachilleres estén por los suelos, con deficiente nivel de profesores y criterios a modo para que obtengan notas envidiables, y con una saturación en salones que limita la calidad del aprendizaje. 
 
Y con esas malas notas capaces de destinarlo a la banca, Arturo Fernández ha soñado con la silla que ocupa Eduardo Patrón Azueta en la Secretaría de Educación, posición a años luz de las capacidades demostradas por el apuntado aspirante.
 
Domando al potro en la Procuraduría
 
Mientras la oleada delictiva se multiplica en nuestro estado, con una PGR instalada en primera fila como espectadora, el Procurador de Justicia del Estado, Gaspar Armando García Torres, se ha reafirmado como uno de los funcionarios más efectivos en el equipo del gobernador Roberto Borge.
 
Efectuar la depuración en la complicada dependencia ha sido la tarea inicial para salir a la calle, ya que tener al enemigo en las filas equivale a la derrota automática, de ahí que todo dependa de qué tan profunda y certera sea la eliminación de manzanas podridas que han traicionado la camiseta.
 
Ya en las calles, los desafíos de la delincuencia se han multiplicado, de tal forma que ya son contadas las zonas del estado que se mantienen a salvo de este flagelo, creciente porque las corporaciones de seguridad pública no están a la altura del desafío.
 
El diputado priista Luis Alfonso Torres Llanes no quiere rezagarse de la batalla por la candidatura a la alcaldía capitalina. Ha andado muy movido y promoviendo sus actividades en redes, pero la tiene muy complicada porque hay cuatro más adelantados, incluido su  oordinador Eduardo Espinosa Abuxapqui, muy entusiasmado por la posibilidad de ocupar de nuevo esa silla.

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