Oaxaqueños traen sus raíces a Cancún

Esta población ocupa el décimo puesto entre las personas que se asientan a nivel nacional en el estado.

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Una vez al mes se reúnen para hacer gala de su gastronomía donde se destacan las tlayudas, garnachas, tamales, entre otros. (Jesús Tijerina/SIPSE)
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Licety Díaz/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- Con una sonrisa grande la presidenta de la Asociación de Oaxaca, María Cruz Hernández, habla de como surgió la Asociación de Oaxaqueños, hace 12 años. Esta población ocupa el décimo puesto entre las personas que se asientan a nivel nacional en el estado de Quintana Roo.

“Yo no tengo dinero pero hago el tequio”, o sea, una persona que ayuda en lo que sea, "cuando escucho eso sin dudas me doy la vuelta porque sé que es oaxaqueño, de mi tierra", acentúa con fuerza esa palabra, esta mujer que tiene a sus espaldas la batuta de los afiliados que son 400 personas, aunque se calcula que hay 2 mil repartidos en todas la región.

Hace 37 años llegó con el que era su esposo, quien falleció hacer tres años, a conocer la playa de la cual se fascinaron, pues antes podían amanecer sin problemas en lugares y decidieron emprender una nueva vida en el sitio, comenzaron como un negocio de comercio y hasta ahora lo mantiene.

Al notar que le hacían falta sus tradiciones y su tierra quedaba lejos, idearon la asociación de oaxaqueños, menciona mientras se acomoda su colorida y típica blusa tehuana, símbolo de la región del Itsmo de Tehuantepec. 

Comentó que en sus fiestas de aniversario siempre se realiza la coronación de la reina y todos asisten a contagiar de alegría y compartir sus bailes y comidas típicas. Además, una vez al mes en el Salón Oaxaqueño ubicado en la avenida José López Portillo, en la Región 98; se reúnen para hacer gala de su gastronomía donde se destaca las tlayudas, las garnachas, tamales, enchiladas y memelas. Todo bajo la protección de la emblemática virgen de La Soledad, a quien en todo momento traen consigo.

Además de celebrar sus fiestas en el Salón Oaxaqueño, imparten clases del folclor de su zona, donde los bailes “Flor de piña”, “Betaza” y  “China oaxaqueña”, son algunas de las danzas que enseñan a todos los que sientan curiosidad por aprender.

Cruz Hernández a pesar de ya pintar canas, dice que continúa con su negocio porque le gusta trabajar y ser útil, cada día se levanta a las siete de la mañana y a las ocho ya está lista para la jornada.

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