Miguel Maldonado/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El selectivo quintanarroense de Basquetbol en sillas de ruedas no descartó viajar este fin de semana a Colima, para participar la Paralimpiada Nacional 2017, aunque competiría con sillas dañas, confirmó su entrenador, Luis Manuel Burgos. 

Tras el error en la compra de sillas de ruedas por parte del Instituto de Cultura Física y Deporte de Quintana Roo (antes Cojudeq), el entrenador dio a conocer que, en común acuerdo entre atletas y padres de familia, se determinó sí participarán en la Paralimpiada Nacional.

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“Nuestra renuncia nos pudiera originar algún tipo de sanción por parte de la federación, entonces hemos decidido participar, además porque no queremos que se pierda el trabajo de todo un año de preparación que han hecho los muchachos, sólo por eso iríamos, porque por el lado de nuestra autoridad sólo hemos recibido rechazo y no merecen el más mínimo reconocimiento”, señaló.

No obstante, para ello los atletas discapacitados tendrán que adaptar varias de las sillas que actualmente tienen y desarmarlas por completo, para reunir las piezas suficientes para armar unas que cumplan con las especificaciones establecidas por el Comité.

“Es la única solución que podemos encontrar para poder realizar este viaje, pues ya vimos que ellos no resolverán este problema y las cosas seguirán igual”, destacó el entrenador.

El equipo de Basquetbol en sillas de ruedas está conformado por los chetumaleños, Esteban Tamayo, Vladimir Yam, Gustavo Ortiz, Francisco Poot, Efraín Ley y José Luis Ek, quienes contarían con las sillas transformadas con toda la “pedacería”; además el cancunense Marcelo Busquets, quien cuenta con silla propia, porque participa también en la disciplina de atletismo adaptado.

El entrevistado lamentó que se tenga que tomar este tipo de medidas por parte de los atletas discapacitados, ante el despreciado por parte del titular del Instituto de Cultura Física y Deporte en Quintana Roo, Antonio López Pinzón.

En su momento, el Instituto adquirió 10 sillas con una inversión de 800 mil pesos, sin embargo, no tomó en cuenta las medidas de cada trabajador, por lo que al final resultaron inservibles.