Susana Mariscal/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- En cuatro años se destapó un alto nivel de violencia en la población, un fenómeno social que se proyecta desde la infancia, etapa en la que se presenta a través de diversas manifestaciones como el “bullying”, “cutting”, depresión, problemas de alimentación y otros.

La coordinadora de Psicología del DIF municipal, Evelyn Parra Sánchez, señaló que se generó un despunte de la violencia en escuelas y en las familias con actos de violencia más fuertes.

Actualmente el número de atenciones mensuales en promedio que registra la coordinación es de mil a mil 200 personas, número que se alcanzó en un período de cinco años en que “la población ha enfermando cada vez más de depresión, se está incrementado muchísimo”.

Comentó que dentro de las atenciones que se brindaban hace cinco años no figuraban en las estadísticas la población infantil desde los cinco años de edad; ni los adolescentes. Los niños que presentan problemas como maltrato en casa, abuso sexual o violación, son atendidos ahora tanto en terapia grupal como de manera individual.

Otros tienen privación afectiva (faltos de cariño), depresión, malos hábitos alimenticios, trastornos de sueño, retrocesos en su desarrollo, o descontrol de esfínteres. “La violencia ha crecido muchísimo en nuestra situación social, tenemos cada vez más réplicas de actos violentos en los niños y preadolescentes”. Aunado a esa situación está el aumento en el nivel de esas manifestaciones violentas, pues se están tornando más cruentos, agresivos y muy violentos; un ejemplo de ello es el “coco” social en las escuelas: el “bullying”.

Dicha problemática está latente desde muy temprana edad hasta el nivel de preparatoria. La exposición a la violencia influye en el aparato psíquico del infante que aún está en formación. En los adolescentes hay consumo o adicción al alcohol o drogas; y en los niños, la depresión o violencia.

Los casos más recurrentes son los niños con problemas de conducta, inquietos o violentos en la escuela, lo cual, dijo la especialista, lleva a la conclusión de que pertenecen a una familia conflictiva o disfuncional.

“Algo que se ha incrementado mucho es la agresión en los niños, reportando muchos que agreden y maltratan a los demás”.

Agregó que es mucha la afluencia de escolares pues es la única dependencia que trabaja con la parte emocional de niños con problemas de “bullying” y “cutting”. Pero además, son más violentos y fácilmente pierden el control; respondiendo a la agresión con más ataques, situación derivada tanto por la violencia en la escuela y en casa, como por la exposición en medios masivos de comunicación.

Parra Sánchez manifestó que debe tomarse en cuenta que “la violencia genera violencia y la sociedad cada vez es más violenta, más impulsiva, con situaciones de violencia extrema”.

Aseveró que la coordinación es una especie de termómetro de medición de las problemáticas sociales latentes en la ciudad, encontrando que entre la niñez y la juventud hay un disparo de situaciones emocionales negativas, pero también del consumo de alcohol y drogas.

Indicó que en el caso de los adolescentes, sí bien es una etapa de situaciones típicas con tendencia a explotar como la rebeldía y el actuar de manera impulsiva; el hecho de que se tornen violentos y sus agresiones sean extremas, es una alerta de que algo está pasando y debe detenerse a tiempo, pues si no reciben atención, los episodios de violencia subirán de tono hasta presentarse situaciones trágicas.