Autoridades federales realizaron el primer Desarme Voluntario en Benito Juárez, que consiste en la recepción de cualquier tipo de armas que tengan los ciudadanos en sus hogares, con el fin de disminuir la incidencia de violencia a nivel local.

Sergio Luna Ochoa, encargado del programa de Desarme Voluntario en Quintana Roo, declaró que para la entrega de armas se mantendrá el anonimato de los ciudadanos, y aunque para esta ocasión no hay una meta, aclaró que en otros municipios se han llegado a entregar alrededor de 50 pistolas en jornadas de cuatro días.

“Lo único que se recaba es la edad, el sexo de la persona, y el tipo de arma que se está dejando (…) Los ciudadanos también pueden tomar fotos o videos del momento en el que se destruyan las armas que ellos vienen a dejar, sin repercusión alguna”, comentó.

Cuando los ciudadanos entregan las armas, éstas son destruidas inmediatamente por militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quienes son los únicos autorizados para destruirlas, y a los ciudadanos se les da una remuneración económica, ya sean armas caseras o largas, pagos que pueden variar desde los 100 hasta los 21 mil 600 pesos.

Cabe señalar que este programa inició en Oaxaca en noviembre del 2021 y, posteriormente, se ha realizado en las 32 entidades federativas, en las que ha variado el acopio de armas.

Para esta ocasión, el desarme fue colocado ayer y hoy en la Fábrica de Artes y Oficios, mejor conocida como el Faro, ubicada en Villas Otoch Paraíso, desde las 10:00 hasta las 15:00 horas; y los días 25, 26 y 27 de noviembre, el personal federal recibirá las armas en el parque El Crucero, en el mismo horario.

Asimismo, Luna Ochoa señaló que en todos los municipios donde se ha aplicado el desarme hay algún foco rojo de incidencia delictiva, aunque esto consiste en parte de una estrategia de prevención para evitar que los niveles de violencia escalen, no significa que los municipios tengan altos índices de inseguridad.

Asimismo, se reciben armas de juguete de los niños, como pistolas de luces o de dardos, las cuales también se intercambian por juguetes como balones o juegos de mesa. Para el inicio del evento se contabilizaron 250 de estos juguetes, listos para ser intercambiados.

 “Los invitamos a que se sensibilicen, que vengan a entregar sus armas, que se concienticen de que tener una en los hogares es peligroso porque puede generar accidentes, y también en la sociedad, pues no ayuda a construir una cultura de la pacificación y la no violencia”, concluyó.