Enrique Mena/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Entre las seis y nueve horas de cada día hábil, son los padres de familia que llevan a sus hijos al plantel escolar o deben estar listos para presentarse en sus oficinas los que presentan el conocido estrés matutino o fiebre de actividad matutina.

En Quintana Roo, el 6 por ciento de la población económicamente activa, unos 50 mil ciudadanos, quienes presentan este padecimiento, según el Consejo Nacional de Población (Conapo). 

La presidenta del Colegio Integral de Psicoterapeutas en Quintana Roo, Guadalupe Pelayo Velázquez, explica que es al inicio de cada día que las personas adultas con responsabilidades se sujetan a condiciones de estrés repentino, por el simple hecho de querer cumplir cabalmente sus funciones diarias.

El “tener y deber” que cada padre de familia aplica de lunes a viernes, principalmente, ocasiona un escenario de tensión emocional la mayor parte del día por la simple condición de saber que en determinado horario tendrá que cumplir con cierta o establecida obligación, como las mencionadas con anterioridad.

Mientras una persona se preocupa por cumplir con los horarios del día a día, se acumula el nerviosismo y esto deriva en cierto estrés, molestia y ansiedad. En el peor de los escenarios, la persona adulta llega a desahogar su estado de ánimo negativo en quienes se encuentran cerca a ella, considera.

El Colegio de Médicos en Quintana Roo, por ejemplo, conserva una estadística firme: personas mayores de 30 años son más vulnerables a padecer estrés y peor aún que se resisten a acudir con el especialistas médico para su tratamiento y prefieren sobrellevarlo con el paso de los días.