Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los últimos estudios científicos que han realizado en la Laguna de los Siete Colores, determinaron que está cambiando a color verdoso algunas zonas del cuerpo lagunar, principalmente la zona cercana a la ciudad.

Luisa Falcón Álvarez, investigadora titular del Laboratorio de Ecología Bacteriana de la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró que el cuerpo lagunar está perdiendo sus colores ante la gran generación de nutrientes que reciben productores primarios como las algas, que están produciendo florecimientos de cianobacterias en la columna de agua.

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Indicó que la Laguna de Bacalar, es motivo de investigación activa por parte de instituciones como la propia UNAM, El Colegio de la Frontera Sur, Cobach, la Universidad Milwaukee con el Centro de Estudios de los Grandes Lagos, entre otros, porque Bacalar es el ecosistema con mayor desarrollo de estromatolitos vivos del mundo.

Dijo que últimos estudios han revelado la existencia de mayor cantidad de nitratos y fosfatos que están provocando mayor concentración de nutrientes que hacen más evidente un cambio en el ecosistema lagunar.

Teresa Álvarez Legorreta, investigadora de El Colegio de la Frontera Sur, señaló que los últimos siete años ha disminuido considerablemente la calidad del agua de la laguna y de los sedimentos donde viven muchos micro organismos que alimentan las especies que viven en la columna de agua.

El último estudio realizado por El Ecosur hace cinco meses determinó que la menor calidad del agua se encuentra en la zona sur de la ciudad, donde se encuentran los balnearios públicos; en el área central y norte, es donde se observa mejor calidad, es decir, las zonas más alejadas de la ciudad.

Afirmó que desde el año 2010, mantienen un monitoreo constante de la calidad del agua de la Laguna de los Siete Colores, que ha permitido observar un incremento en la carga orgánica propia de las actividades humanas que se desarrollan y que a simple vista se puede observar como verdín.

Dijo que la laguna ya empieza a presentar signos de preocupación por las actividades que se desarrollan en la cuenca lagunar, “no sólo de la orilla, sino también por las actividades agrícolas que son fuerte factores de contaminación”, por lo que consideró urgente que se establezca un estatus de conservación.