Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los usuarios del servicio de taxi en Bacalar, cuestionaron la mala planeación de los espacios de ascenso y descenso permitidos, porque se encuentran alejados de los cajeros automáticos, uno de los sitios que más concurren.

Efraín Poot García, quien habita en la colonia Nuevo Progreso, señaló que todos los fines de mes lleva a su padre de 80 años a cobrar su pensión, para lo cual utiliza el cajero automático del centro de la ciudad, pero el paradero se ubica a 100 metros.

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Explicó que su padre utiliza muletas para desplazarse, lo que resulta un predicamento que camine esa distancia por su avanzada edad y por los problemas de salud que presenta, “los taxistas no pueden dejarnos frente a los cajeros porque son multados”.

Jair Ramírez Dzib, secretario del sindicato de taxistas de Bacalar, señaló que las dos últimas semanas han recibido infracciones cinco operadores por facilitar el descenso a los usuarios, lo que consideró injusto, pues les aplican infracciones de hasta 800 pesos por un pasaje de 17 pesos que cobran.

Indicó que los operadores en ocasiones han discutido con los usuarios porque no les quieren pagar ya que alegan que no los dejan en el sitio que piden, “la mayoría pide ir a los cajeros y los dejamos 100 metros después”, señaló.

Destacó que en ocasiones necesitan llegar al cajero automático para sacar efectivo y pagar el servicio, por lo que se dificulta porque el área de ascenso y descenso se encuentra a 100 metros de distancia y en caso de permanecer en un sitio fuera de esa área, corren el riesgo de ser infraccionados, como ha sucedido.

Cansados de esta situación, el medio día de este miércoles, un grupo de aproximadamente 20 operadores estacionaron sus unidades frente a palacio municipal, sin entorpecer el tráfico, lo que ocasionó que un agente les retire sus placas, por permanecer en un sitio no permitido.

Los taxistas de Bacalar se dijeron cansados y se reunirán este jueves por la tarde para integrar un pliego petitorio a la autoridad que les permita trabajar libremente sin ser “acosados”, como dijeron sentirse.