Un grupo de personas aprovechó la ausencia de autoridades judiciales durante la contingencia sanitaria para invadir, de nueva cuenta, el predio Huub Sak en Bacalar, violando los sellos de aseguramiento colocados por la Fiscalía General del Estado, durante un operativo realizado en febrero pasado.

El terreno Huub Sak, de poco más de 70 hectáreas, es una reserva ecológica privada registrada ante la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas como un Área de Conservación Voluntaria (ACV).

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Gustavo Rodríguez Elizarrarás, dueño del terreno y responsable del Proyecto Ecológico Huub Sak, denunció que los invasores se apoderaron de nueva cuenta del sitio, aprovechando la imposibilidad de interponer denuncias debido a la emergencia de salud.

Desde el fin de semana, un grupo de pobladores se adentró en el predio y comenzó a desmontar selva para lotificación. La invasión está liderada por una persona identificada como Julia, quien ofrece lotes en esa área por 25 mil pesos.

Bajo este modus operandi, los invasores podrían defraudar a cientos de personas que buscan un patrimonio, en una zona en la que es legalmente es imposible construir, aún para el dueño del predio, por ser una reserva ecológica.

Desde febrero de 2019, el terreno permanecía bajo el aseguramiento de la Fiscalía General del Estado, luego de que tras un operativo, en el que participó la Policía Militar, fueran desalojadas 70 personas que pretendían apropiarse del mismo.

Sin embargo, los nuevos invasores se saltaron incluso las marcas colocadas por la autoridad, donde se especifica que dicho predio está en resguardo.

Este es el tercer intento de despojo físico que se hace en la reserva Huub Sak. El primero ocurrió el 26 de julio de 2017, cuando por la noche un grupo de alrededor de 100 personas armadas con machetes, ingresó al terreno y desalojó por la fuerza al vigilante.

Este grupo, según expone Rodríguez Elizarrarás, fue acompañado por la Policía Municipal de Bacalar, bajo el argumento de que habían acreditado la legítima propiedad de la tierra por medio de documentos.

Acto seguido se presentó una denuncia por despojo ante la Fiscalía estatal, la cual abrió la carpeta de investigación con número de expediente FGE/QR/BA/07/507/2017.

De acuerdo con el afectado, durante más de un año se procedió legalmente y probó ante las autoridades la posesión del predio a través de la escritura pública y el proceso legal para volver 50 de las 70 hectáreas un área protegida, pero no hubo resultados tangibles.

Entre octubre y noviembre de 2018 se observó que disminuyó la presencia de ocupantes, por lo que se dio aviso a la Fiscalía para luego ingresar y realizar un peritaje de los daños, informe que ya forma parte de la carpeta de investigación.

El 5 de diciembre de 2018, ante la ausencia de personas, fueron colocadas mantas donde se señaló que se trataba de un Área de Conservación Voluntaria, las cuales fueron arrancadas y sustituidas por otras con mensajes intimidatorios una semana después.

“Las amenazas lanzadas tuvieron un primer ejemplo el 10 de enero de 2019, cuando un grupo de alrededor de 15 individuos con armas de fuego expulsó con lujo de violencia y accionando sus armas a mis 4 trabajadores que vigilaban el predio, robándose todas sus pertenencias y los materiales y herramientas”, explicó el Gustavo Rodríguez.

Pero no fue hasta el 1 de febrero de 2019 cuando se concretó una nueva invasión. Un grupo de 40 individuos armados tomaron por la fuerza el predio, situación que derivó en una nueva denuncia ante la Fiscalía con sede en Bacalar, con número de expediente NUC 039/2019.

Tres semanas después, se ejecutó el desalojo de los invasores, tal como documentó Novedades en su edición del 23 de febrero.

Desde entonces, el predio se mantenía en resguardo hasta este nuevo intento de despojo.

El proyecto ecológico Huub Sak fue pensado para establecer un vivero forestal de especies endémicas de la región, además de la protección de especies existentes de flora y fauna.

El área está conformada por selva mediana/alta subperenifolia, las especies arbóreas predominantes son chechén, kanisté, chacá, chicozapote, sacchacá, xuul, ramón. Las áreas colindantes con la laguna de Bacalar, se encuentran cubiertas de una franja variable con mangle, principalmente mangle rojo y botoncillo.

En cuanto a fauna destacan, venado cola blanca, tejón, tepezcuintle, jabalí, mapache, armadillo, mono araña, saraguato y jaguar; en cuanto a las aves se encuentran el pavo de monte, hocofaisán, chachalaca, chachalaca blanca, tucán, codorniz, gallina de monte, panchel, gavilán; y entre los reptiles identificados están la boa, nauyaka y chaay kaan.