Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- El presidente municipal, José Alfredo Contreras Méndez, afirmó que a pesar que la depresión tropical número nueve se degradó, la contingencia se mantiene en el municipio de Bacalar, ante los escurrimientos de agua provenientes de Campeche, que podrían ocasionar cortes carreteros que incomuniquen a las poblaciones rurales.

Al presidir el Consejo Municipal de Protección Civil, dijo que para auxiliar a la población de manera inmediata cuentan con 658 despensas, 180 cobertores, 79 colchonetas, 60 pares de botas de plástico, 80 fardos de lámina y el equipo necesario para que se habilite una cocina en cualquier parte, para auxiliar a la ciudadanía en caso de que se requiera.

Indicó que aunque no se espera una afectación directa por este fenómeno meteorológico que se disipó, el riesgo de incomunicación persiste en las poblaciones rurales, ante los escurrimientos de agua que dejó a su paso por comunidades de Campeche, por lo que se están tomando las previsiones necesarias.

Jorge Leonardo Sánchez Castillo, director de Obras Públicas y Servicios Públicos Municipales, aseguró que se cuenta con la maquinaria y equipo suficiente para actuar en caso que se requiera, por algún camino que necesite reabrirse, si fuera el caso, incluso, en algunas zonas, se encuentra maquinaria trabajando, lo que facilitaría las reparaciones.

De acuerdo a José Alfredo Chí López, director de Desarrollo Urbano y Ecología, existen las condiciones de albergar a la población, incluso, de comunidades cercanas que lo requieran, pues para ello se han dispuesto albergues, principalmente escuelas y el salón de reuniones del ejido Bacalar, que se ha dispuesto para refugiar a los ciudadanos menonitas en caso de requerirse.

Bertha Tavera Rosales, coordinadora de Salud Municipal, dio a conocer que brigadas de la Jurisdicción Sanitaria Número Uno, se encuentran realizando trabajos de fumigación en los planteles educativos que se encuentran habilitados como refugios, incluso en las comunidades rurales, a fin de que estén en condiciones adecuadas en caso de que se vayan a utilizar, todo lo anterior como un recordatorio de la intensa lluvia que cayó a principios de junio pasado en Campeche y Chiapas, que originó severas inundaciones en el poniente de Bacalar.