Apicultores confían producir 200 toneladas de miel

El producto es exportado a Europa con un costo por kilogramo ligeramente superior al año pasado.

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El costo de comercialización se fijó en $53 por kilogramo, ligeramente superior al año pasado que estuvo en $47. (Javier Ortiz/SIPSE)
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Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los apicultores del municipio de Bacalar, se encuentran optimistas de poder alcanzar las 200 metas de producción anual, pues ya recolectaron 175 toneladas, es decir el 87%, a pesar de las dificultades.

Agustín Tun Hu, representante de la cooperativa mielera, Kabi Habin, señaló que han comenzado a exportar a Europa. Hasta el momento ya enviaron tres contenedores con 65 toneladas, cuyo costo de comercialización fijaron en 53 pesos por kilogramo, ligeramente superior al año pasado que estuvo en 47 pesos.

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Indicó que no obstante, las dificultades que tuvieron que enfrentar por la escasa floración, consiguieron mantener sus insectos dentro de las colmenas, lo que permitió recuperarse rápidamente en cuanto se comenzaron a registrar las primeras lluvias que trajo floración abundante.

De acuerdo con los apicultores, el municipio de Bacalar representa uno de los más fuertes productores de miel orgánica en el estado, los cuales se encuentran integrados en dos agrupaciones: Kabi Habin, con 150 apicultores y “Apícola Renacimiento” con 120 productores que reúnen en total alrededor de 200 y 150 toneladas en promedio anual.

En ambos casos, la totalidad de la producción se encuentra comprometida para el mercado alemán, quien ofrece buenos precios, pero también resulta exigente en cuanto a la claridad del producto.

Agripino Rodríguez Morales, productor de vino de miel en la comunidad de Buena Esperanza, indicó que la cosecha inició con problemas, debido a la aguda sequía que impidió floración de flor silvestre de temporada como los “Tajonales”, pero a pesar de ello, pueden considerar como buena la temporada.

Recordó que a principios de año, registraron mortandad de abejas, ante la escasa humedad que requieren para su alimentación y producción, lo que originó que utilicen los remanentes del producto para mantener vivas al resto.

En algunos casos, los productores apícolas se vieron en la necesidad de recurrir a jarabes de azúcar que colocaban en el interior de los apiarios, a fin de evitar que las abejas salgan de los mismos, porque en muchos casos ya no volvían y las colmenas se estaban quedando sin insectos.

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