Acaparan zonas marginadas de Benito Juárez banco de alimentos

Cáritas, a través de este programa ayuda a más de 19 mil personas cada mes en toda la entidad.

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En Cancún aproximadamente dos mil familias se benefician con el banco de alimentos. (Tomás Álvarez/SIPSE)
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Esmeralda Espinoza/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- La Chiapaneca, El Milagro, Valle Verde, Avante, Tres Reyes, Francisco May, Leona Vicario y Rancho Viejo se llevan más de la tercera parte de los productos que llegan a todos los Bancos de Alimentos en Quintana Roo. 
 
La asociación civil Cáritas, a través del Banco de Alimentos ayuda a más de 19 mil personas cada mes en toda la entidad, de los cuales más de siete mil beneficiarios son de Cancún, distribuidos en aproximadamente dos mil familias, explicó José Ángel Romero Espinoza, coordinador del organismo. 
 
Dijo que en todo Quintana Roo recolectan entre 150 y 160 toneladas de alimentos no perecederos, perecederos, abarrotes y no comestibles que donan supermercados y aunque la población en condición de más pobreza se concentra en la zona sur, por el número de población que tiene Cancún, es la ciudad que se lleva el mayor número de víveres. 
 
Además de las zonas marginadas del Municipio de Benito Juárez, apoyan a más de 35 comunidades en otras zonas de la entidad. 
 
En el reporte de octubre atendieron a 19 mil 123 personas, de los cuales más de siete mil son niños; dos mil 500 jóvenes mayores de 13 años de edad; siete mil 900 adultos y mil 41 personas de la tercera edad. 
 
Los bancos de alimentos están distribuidos en cinco ciudades: Playa del Carmen, Cozumel, Carrillo Puerto, Chetumal y tres puntos en Cancún con una central ubicada al interior de la Central de Abastos en Cancún. 
 
“Las personas se acercan a los bancos de alimentos y presentan documentación oficial en copia para que personal del Banco de Alimentos realice un estudio socioeconómico y poder integrarlos al padrón de apoyo”. 
 
La mayoría de los solicitantes logran ingresar al padrón ya que son personas que no tienen trabajo, o tienen familiares en prisión o enfermos a los cuales ayudar. 
 
Las personas pagan una cuota de recuperación del 10% de todo lo que se llevan a sus casas para el consumo familiar y reciben la despensa cada una, dos o tres semanas y en el caso de las zonas de difícil acceso como las zonas indígenas deben dar un plus de esfuerzo para llegar. 
 
“Cada día repartimos despensas a la población, es un trabajo arduo pero que nos llena de satisfacción por tener la finalidad de brindar un apoyo a personas más necesitadas que uno mismo”, apuntó.

 

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