Paloma Wong/ SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El Ayuntamiento de Othón P. Blanco dejó en el olvido el derrame de lixiviados del relleno sanitario, pues hasta el momento no han hecho nada al respecto por atender el problema.  

En la primera semana de septiembre, uno de los pepenadores del relleno dio a conocer el derrame del líquido de la basura que derivó de las lluvias registradas, ya que los desechos son concentrados casi en el acceso del lugar.

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Han pasado casi 10 días de este problema y a la fecha no ha sido atendido, indicó Edith Morales Rodríguez, regidora del municipio capitalino.

“Hasta el momento no se ha hecho absolutamente nada y se ha dejado el tema suelto, además la administración ya va de salida y no vemos que el área encargada haga su trabajo. Hay ciudadanos que viven cerca del basurero y esto es muy delicado”, comentó.

Indicó que han solicitado de manera verbal información sobre la atención y el saneamiento que han aplicado, pero hasta el momento solo les han notificado que lo van atender con los recursos que tienen, aunque no especifican que tipo de trabajos realicen.

No aplicar una sanción

En días pasados, la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) determinó no aplicar una sanción o declarar contingencia ambiental por el derrame de lixiviados hacia el exterior del relleno sanitario de Othón P. Blanco, ya que Rafael Muñoz Berzunza, titular de la dependencia estatal, dijo que con anterioridad fueron emitidas las recomendaciones al Ayuntamiento capitalino, pero estas no fueron atendidas y esa es la consecuencia.

Al respecto, Morales Rodríguez afirmó que es muy delicado que una autoridad estatal no lleve a cabo acciones para atender el derrame de lixiviados, pues la afectación la tendrá el medio ambiente.

“Es lamentable que la instancia estatal no ha presionado al municipio para que haga algún trabajo de saneamiento para evitar este derrame, que sabemos traerá consecuencias graves a futuro”, puntualizó.

Cabe mencionar que en la parte de afuera del basurero aún puede notarse el lixiviado, que es absorbido por la tierra del camino que conduce a las últimas casas del Fraccionamiento las Américas III.