Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- A más tardar en tres semanas podrá entrar en operaciones el basurero intermunicipal, pues solo falta concluir con el proceso de entrega-recepción entre los municipios de Bacalar y Othón P. Blanco, con la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA). 

Rafael Muñoz Berzunza, titular de la SEMA, informó que el relleno sanitario está en condiciones de ser utilizado por dichos municipios, al ser construido para atender la demanda de ambos. 

Descartó que esta obra se convierta en un “elefante blanco”, al mencionar que por obligación, los sitios construidos para el destino final de la basura tienen que ser utilizados por los municipios. 

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“Una vez que concluyamos el proceso de entrega-recepción, no hacen uso de él, podrían ser sujetos a sanciones de parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), porque el sitio existe, la inversión se hizo y el municipio estaría obligado a utilizarlo”, comentó.    

En caso de no utilizarlo, la propia SEMA hará las observaciones correspondientes a los representantes municipales de Othón P. Blanco y Bacalar. 

Está a 110 kilómetros de Chetumal

En su momento, Eduardo Espinosa Abuxapqui, edil capitalino, indicó que este relleno sanitario no ayudará en mucho a los municipios para los cuales fue construido, por el traslado de la basura. 

Para el caso de Othón P. Blanco, los camiones recolectores deben recorrer 110 kilómetros para llevar la basura hasta ese lugar, lo que propiciaría el desgaste de las unidades y estas quedarían inservibles en cuatro meses, por lo que requerirían y solicitarían una góndola.  

Al respecto Muñoz Berzunza dijo que hay un expediente técnico preparado para entregar a las autoridades federales, en este caso a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para bajar recursos, de los cuales la SEMA también estaría apoyando en caso de que el proyecto sea autorizado. 

El basurero intermunicipal tuvo una inversión cercana a los 10 millones de pesos. La celda de residuos es de 80 por 80 metros, con una laguna de lixiviados de 40 por 30 metros, a una profundidad de 1.5 metros, cubierta con una capa geo-textil para proteger una geo-membrana de 1.5 milímetros de espesor.