Manuel Salazar/SIPSE
FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.- Productores de chicle del municipio de Felipe Carrillo Puerto confirmaron ayer su intención de buscar nuevos mercados para el producto que obtienen de la selva, extrayendo la resina del chicozapote, asegurando que el precio por kilogramo de goma que les pagan los empresarios que tienen su centro de acopio en la capital del Estado, es muy bajo.

“Nos están macheteando mucho el precio, están pagando poco más de 30 pesos por kilo, cuando hace menos de dos años llegó a pagarse hasta 48; conforme pasa el tiempo y debido a que se trata de un producto que generalmente se exporta, sabemos que se tasa en dólares o euros, así que en lugar de bajar de precio, debería subir, pero los empresarios nos están perjudicando en lugar de ayudarnos en la economía”, aseguraron Secundino Canché Tuyub y José María Yeh Caamal, productores de goma procedentes de la comunidad de Yoactún.

Conocedores de la selva, sostuvieron que a estas fechas los árboles de chicozapote “están bien cargados”, gracias a las abundantes lluvias, asegurando que como cada año, los grupos de chicleros trabajarán dos meses consecutivos, pero mantienen su postura de no vender su producto a la empresa ubicada en Chetumal, hasta que se les mejore el precio.

Los productores que se reunieron en esta ciudad para tomar acuerdos antes de que tengan su producto en la mano, explicaron que han tenido contacto con varias organizaciones forestales para que les apoyen con las directivas de su ejido, con la finalidad de iniciar cuanto antes con los recorridos, para vender sus productos a nivel nacional e internacional, con precios justos y que realmente signifiquen un beneficio para sus familias.

Por último, señalaron que esperan obtener una cosecha de chicle superior a las 80 toneladas, si los temporales y las lluvias siguen el curso con el que se han presentado.

“No tenemos que averiguar si el producto es orgánico, porque sabemos que lo es, lo que estamos pidiendo es que haya inversionistas dispuestos a obtener algo de ganancias comprando y vendiendo el producto, pero sin que ello signifique sacrificar a las familias de los compañeros, pagándoles precios miserables”, señalaron.