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El jéets’méek es una tradición maya que aún sigue vigente en Quintana Roo. (Raúl Balam/SIPSE)
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Raúl Balam/SIPSE
KANTUNILKÍN, Q. Roo.- Una de las costumbres que aún se conservan en toda la península de Yucatán es el jéets’méek, que significa abrazo a horcajadas y se hace  para que los niños crezcan más rápido y sean más ágiles.

Antes de que nazca el niño o niña la costumbre es que los padres de familia busquen al padrino que se encargará del trabajo, explicó José Moisés Gaspar Maglah Canul, quien  conoce bien esta tradición.

Aseguró que sí es niña, a los tres meses se realizará la ceremonia, ya que simboliza el fogón por las tres piedras que tiene; cada piedra representa un mes y la misión es la atención en la cocina. En cambio sí es niño se realiza a los cuatro meses y simboliza la milpa, de modo tiene cuatro esquinas o es rectangular.

Destacó que una vez llegada la fecha del jéets’méek, se reúne la familia y los padrinos, hacen el rito donde se pone una mesa en el centro de la casa y se adorna de mantel blanco con flores.

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En la mesa se ponen los elementos que significan el deseo máximo del padrino, como son el huevo sancochado  que, según las creencias, sirve para abrir el conocimiento y que el bebé aprenda nuevas cosas.

El pinole que en maya es el K’aj, significa buena memoria o retentiva, la pepita gruesa, que en maya es t’oop, es para hacer brotar en el corazón buenos sentimientos hacia él bebe.

La familia y los padrinos  agregan otros elementos  para su aprendizaje como cuadernos y un lápiz, y si es niño, algún instrumento de labranza como machete o calabazo.

Adicional en una esquina de la mesa ponen otro elemento que podría ser nueve granos de maíz, nueve granos de frijol  y nueve hojas de chaya, que es la cantidad de vueltas que va dar el padrino al dar el jéets’méek.

Agradecimiento al padrino

Sí es niño el padrino empieza con ‘los trabajos’ en los que el padrino da al bebe un pedacito de huevo sancochado o pinole para que al crecer deguste esas viandas; y si es niña la madrina hace la ceremonia, pero de izquierda a derecha o de acuerdo a las manecillas del reloj.

Una de las costumbres que viene detrás de eso es que cuando la familia llama a alguien para que sea su compadre contrae un compromiso de por vida y los padres se sienten en deuda y en agradecimiento, por lo cual se hace una comida, conocida en maya como el “k’ubJanal”.

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