Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.-Dennis Cruz Hernández, originario de Campeche, lleva nueve años dedicado a la transformación de vehículos “tuning”, tres de ellos, dedicados a su último modelo, una Bety Boop convertida en unidad de exhibición. 

Dijo que debido a que la mayoría convierte sus vehículos en superhéroes, él tomó la iniciativa de hacer de su creación un auto más femenino. “He invertido más de 90 mil pesos en lograr que el rojo y negro definan la sensualidad de Betty”, dijo, mientras la gente observaba el vehículo, el primero que se presentaba de un grupo de 10. 

Empleado del sector público, sus horas libres las dedica a detallar y mejorar su auto de exhibición con el que ha logrado participar en concursos en otros Estados, llevándose el segundo y tercer lugar. Bass Land es el grupo al que pertenece. 

Dijo que en Cancún hay cerca de 40 vehículos de este tipo, y anunció que para los primeros días de mayo habrá una exhibición en la que participarán 200 unidades más de Quintana Roo.

Él empezó con un Volkswagen, el tradicional vochito que ha hecho que más de uno inicie como aficionado y termine con adicción a esta actividad, pues entre más modificado esté el auto y se logre un equilibrio en colores y detalles será la recompensa y el gusto de viajar y conocer a otras personas. 

“Nosotros estamos cada quince días en el Soriana de la Kabah, lugar en que la gente puede ver nuestro trabajo”, dijo emocionado.

Cuando hay una competencia se cuenta que haya estética del carro, se cuenta el diseño, pintura, equipo de audio y multimedia. Dennis, que tiene 18 años de vivir en la entidad, dijo que desde joven le interesó este tipo de actividades.

Su vehículo es un Jetta A3 convertido como Betty Boop. Las puertas fueron cambiadas y son las de un Lamborghini. La gente poco a poco se acercó, unos, curiosos por los colores, otros más, por el sonido que provenía de aquel vehículo. 

¡Es Betty Boop!, sonríe admirado un niño, mientras daba un vistazo un poco tímido ante lo deslumbrante que se veía ante sus ojos, mientras que sus padres le tomaban de la mano y continuaban observando los demás autos.