Blade Runner 2049, una película que se disfruta

En 2 horas y 43 minutos el director cuenta la historia a su ritmo y con calma.

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El libreto mantiene un equilibrio entre el suspenso de una historia detectivesca. (Contexto)
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Rafael R. Deustúa

Con casi tres horas y un ritmo semilento, el filme es un satisfactorio reto para quién sepa disfrutarlo.

Una secuela para un filme de culto es un reto riesgoso, puesto que los fanáticos ponen la vara muy alta y quienes no conocen la original pueden sentirse perdidos.

Ante “Blade Runner”, el director Denis Villeneuve responde con un filme de autor que no es fácil de digerir, más dirigido a los fanáticos de la cinta de 1982 pero con suficiente atractivo para reclutar nuevos.

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Una nueva generación de replicantes, androides esclavos de los humanos que siempre obedecen, reemplazó a los modelos antiguos capaces de rebelarse.

“K” es un androide moderno dedicado a cazar a sus antecesores, pero mientras hace su trabajo descubre un milagro ocurrido 30 años atrás, cuando una replicante llamada Rachel tuvo un bebé.

Las restricciones que pusieron a Ridley Scott haciendo “Blade Runner” en 1982 son las facilidades que dieron a Denis Villeneuve, que explora la misma premisa “¿Qué es lo que nos hace humanos?”, por un camino distinto, aunque paralelo, de su antecesora y la lleva un paso más allá. Además, contó con Hampton Fancher, que trabajó en la primera.

El libreto mantiene un equilibrio entre el suspenso de una historia detectivesca y el drama de “K” cuestionando su naturaleza.

El diseño de producción es fantástico, creciendo el universo ciberpunk con una estética épica y distintiva que nos da la impresión de volver a un sitio que ya conocíamos. Este diseño en todos sus aspectos: vestuario, escenografía, fotografía, es esencial en la narrativa de Villeneuve, quién lo aprovecha al máximo para ofrecer una experiencia estética.

 Música y efectos de sonido son otro elemento preponderante, a veces nos alienan con sonidos perturbadores o muy fuertes y en otros nos armonizan con las emociones de los personajes. La banda sonora, Hans Zimmer homenajeando a Vangelis, destaca.

Las actuaciones son de muy buena calidad en general, desde el introvertido “K” de Ryan Gosling, hasta el cansado Deckard de Harrison Ford. Ana de Armas, Dave Bautista, Robin Wright, Jared Leto, Mackenzie Davis y Sylvia Hoeks completan el reparto.

En 2 horas y 43 minutos el director cuenta la historia a su ritmo y con calma. Es amena y te mantiene entretenido, pero no es para niños ni tiene nada del frenetismo de los filmes de ciencia ficción actuales.

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