Boleador de zapatos, un oficio donde se gana poco

El número de boleadores ha bajado debido a diferentes circunstancias, entre ellas, el poco ingreso.

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En la zona de El Crucero hay 15 personas laborando. (Victoria González/SIPSE)
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Francisco Naranjo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El oficio de boleador sigue ejerciéndose a pesar de las pocas ganancias que las personas obtienen por medio de esta actividad. En Cancún, hay en promedio 42 lustradores de zapatos.

En el primer cuadro de la ciudad laboran 18, repartidos en diferentes puntos. José Argüello es uno de ellos. 

José llega a las nueve y media de la mañana para empezar con la actividad que ha realizado en la Supermanzana 63 desde hace 13 años. Su equipo de trabajo lo deja en una bodega cerca de plaza Las Tiendas.

Una vez en el sitio asignado, saca todas sus herramientas de una caja que tiene bajo la silla. El jabón preparado con agua y esponja para lavar el zapato, además de tintas, cepillos, cremas, grasas, y sus trapos para que de los “trapazos” y los zapatos queden relucientes son parte de los instrumentos que usa.

Empezó limpiando los zapatos de su patrón cuando trabajaba de mozo en Chiapas, al finalizar sus actividades, todos los días tenía que lustrarlos, ese era el final de su jornada laboral.

Hace algunos años cuando llegó a Cancún, buscando mejores oportunidades de vida, un vecino lo invitó a trabajar como boleador de zapatos.

José atiende a unas 12 personas al día, obteniendo alrededor de 180 pesos para mantener a su esposa y sus cuatro hijos.

El precio de cada servicio depende de cómo lo quiere el cliente, la boleada completa tiene un costo de 18 pesos.

“Comienzo lavando el zapato, para que no tenga nada de polvo o mugre, luego le pongo la tinta y la crema para que el color sea más fuerte, después le pongo la grasa para el brillo y termino dándole el trapazo como Cantinflas para dejarlo brilloso”.

“Me gusta mi trabajo porque conozco a mucha gente y aprendo a tratarla bien”

Manuel López Hernández, originario de Chiapas, tiene 20 años de radicar en Cancún, lleva cinco años como boleador y comenzó con su cajón en las oficinas gubernamentales, pero al año, su hermano decidió regresar a su natal y le cedió su zona de trabajo en plaza Las Tiendas. 

“Me gusta mi trabajo porque conozco a mucha gente y aprendo a tratarla bien”, comentó López Hernández. 

En Cancún, en diferentes puntos de la ciudad se establecen; en la zona de El Crucero hay 15 laborando; dos, en el Parque de las Palapas, uno, cerca del Ayuntamiento de Benito Juárez, y el resto, ubicado en las principales oficinas gubernamentales.

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