Conoce los cinco lugares de Cancún donde puedes encontrar cocodrilos

La Laguna Nichupté en la Zona Hotelera; Malecón Tajamar, sobre la avenida Bonampak, y las colonias Lombardo Toledano y Donceles 28, entre otros.

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En la laguna Nichupté en la zona hotelera se pueden encontrar cocodrilos. (Gonzalo Zapata/SIPSE)
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Gonzalo Zapata/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Suministrada de aguas del Mar Caribe, Cancún cuenta con al menos cinco puntos de avistamiento y contacto entre cocodrilos y sus habitantes. La Laguna Nichupté en la zona hotelera, Malecón Tajamar, sobre la avenida Bonampak, y las colonias Lombardo Toledano y Donceles 28, además de una parte frente a la Universidad del Caribe, son las zonas donde se llegan a encontrar estos animales.   

“Nosotros somos los que invadimos su espacio, somos los que debemos aprender a convivir con ellos”, comentó Eduardo Mariscal de la Selva, director de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat) en Benito Juárez, al referirse sobre las áreas en la ciudad en las que es común ver a algunos cocodrilos sin malla protectora o algún otro tipo de medida de seguridad.

Debido a la conexión que existe entre la Lombardo Toledano, la Donceles 28 y la zona de mangle de la Universidad del Caribe con la laguna El manatí, es común encontrar reptiles, al igual que la unión que hay entre la zona hotelera y Malecón Tajamar por medio de la Laguna Nichupté.

En el municipio son dos especies de estos reptiles que predominan, el Crocodylus Moreletti y el Crocodylus Acutus, el primero puede alcanzar una longitud de hasta tres metros y el segundo de cinco, explicó Mariscal de la Selva.

Ante este panorama, la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente del Estado lleva a cabo una campaña de señalización informativa-restrictiva sobre la presencia de cocodrilos de dichas especies en Benito Juárez y en la parte continental de Isla Mujeres.

Lo letreros tienen dos objetivos: la campaña de una señalética que informa sobre la presencia de los cocodrilos en la zona, y del cuidado del medio ambiente, señaló Rafael Muñoz Berzunza, titular de la dependencia.

Desde principios de mes a la fecha ya se instalaron diversas señalizaciones, distribuidas en Isla Mujeres con un letrero informativo de color azul, en la Laguna Chacmochu y el paraje conocido como Cayo Cocom, destacó el funcionario.

En Benito Juárez los letreros fueron colocados en el Arco Norte con Prolongación avenida Tulum, a un costado de Universidad del Caribe; uno restrictivo (color rojo) en el acceso a Laguna Manatí zona hotelera Cancún; uno más informativo color azul en el kilómetro cero en el gimnasio al aire libre; uno restrictivo color rojo en el kilómetro 2.5 (Playa las Perlas) zona Hotelera de Cancún.

Además del kilómetro cinco en las oficinas de la delegación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en la zona hotelera, y otros restrictivos en la Laguna Nichupté, Playa Delfines y en la laguna Bojórquez, este último restrictivo (color rojo).

Para Tomás Hurtado Morris, director del cuerpo de Bomberos de Cancún, el convivio que todos los días se da entre la población del municipio y algunos cocodrilos es sólo una muestra de la falta de conocimiento que se tiene por parte de los habitantes del destino para con su seguridad.

“Muchas personas creen que es un juego el darles de comer a estos reptiles, es un peligro constante el que se les acostumbre arrojándoles comida o animales muertos”, agregó.

En la zona de la Universidad del Caribe, dijo el funcionario, es común ver a pequeños caminando muy cerca del mangle, incluso arrojándoles piedras a la orilla de la laguna, acción que puede ser interpretada como una agresión por el animal.

Recordó que durante 2013 se tuvo el reporte de dos ataques de cocodrilos a personas en la zona de mangle de la zona hotelera. Uno fue hacia una persona alcoholizada, cerca de Plaza la Fiesta en el kilómetro nueve de la zona hotelera, el cual fue rescatado por elementos de la Policía Turística.

El segundo ataque, añadió, fue una mujer también en estado inconveniente, quien fue atacada por un reptil joven que la “agarró” de la cabeza hasta dejarle una marca desde la frente hasta la parte trasera.

A pesar de ello, autoridades de los tres niveles de gobierno no cuentan con un censo para saber el número de reptiles, aunque sí reconocen un crecimiento en la población de las especies Acutus y Moreletti.

“No se cuenta con algún censo, estamos buscando financiamiento para saber cuántos cocodrilos existen en la ciudad”, apuntó Raúl González, delegado de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Coincidió en que debido al crecimiento de la mancha urbana, las especies “se han adaptado” al convivio con los habitantes del destino. Recordó que incluso en la zona de la Laguna Nichupté hubo algunos restaurantes y establecimientos que alimentaban a los reptiles, lo que se volvió un atractivo para el turismo.

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