Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Mediante el uso de trampas tipo chuk kay, como las que se usan en Chiapas, autoridades en Bacalar pretenden mantener a raya al pez diablo, para evitar su posible ingreso a la Laguna de los Siete Colores, hecho que pondría en riesgo el ecosistema del cuerpo lagunar.

Manuel Alfredo Chí López, director municipal de Ecología y Medio Ambiente, indicó que ante la alerta emitida por Ecosur sobre el posible ingreso de este depredador a la laguna, se colocarán cuatro trampas especiales en el Estero de Chac para mantenerlo a raya.

Las trampas tipo chuuk kay (“pescar” en maya) tienen unos hilos hechos específicamente para atrapar al pez diablo, que se engancha en ellos debido a las espinas en sus aletas. Se trata de un mecanismo selectivo, que no afecta a otras especies.

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“El pez diablo tiende a retroceder cuando se siente amenazado y se enreda en el tejido que está compuesta la trampa, pero los demás peces pueden sortear el tejido y salir sin ningún problema”, explicó Chi López

El funcionario municipal mencionó que aún no se han definido los lugares donde colocarían estas trampas, pero se espera que con ellas se evite a toda costa que ingrese este depredador a la Laguna de los Siete Colores, pues podría dañar a los estromatolitos, “piedras vivientes” milenarias que esta especie podría usar para construir sus nidos.

Cabe recordar que el pez diablo es una especie invasora traída desde Sudamérica por los seres humanos. Como en el Caribe no tiene depredadores naturales, su población se ha expandido vertiginosamente, alimentándose de especies nativas.