Luis Soto/ SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Un pequeño grupo de amigos se reunieron como cada año para llevar flores a la Cruz de la Bahía, en la que recuerdan a sus compañeros y familiares fallecidos, en el marco del 167 aniversario del pueblo de Dolores, hoy Isla Mujeres.

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En una emotiva reunión a más de 12 metros bajo el mar, los invitados recordaron el 23 aniversario de la colocación del Cristo bajo el mar, idea del desaparecido Ramón Bravo Prieto, buzo, periodista estudioso del mar y sus misterios. La Cruz de la Bahía, inspiración de Ramón Bravo, hace más de 25 años fue hecha por el escultor Roberto Miranda en la Ciudad de México.

Pesa más de cinco toneladas con la base y está hecha de bronce puro. Mide tres metros de altura, y escenifica a Cristo al vacío, cuando Jesús muere crucificado. Es una cruz hueca para que resista los embates de la naturaleza y sirva de refugio a las especies marinas.

El propósito de la cruz es que los buzos tengan un lugar bajo el mar, que visiten y disfruten un buceo a media profundidad y así quitarle carga de visitantes a los arrecifes. Los asistentes experimentaron en las profundidades un momento de paz y alegría.

Alberto Friscione Carrasco, uno de los buzos más reconocidos a nivel mundial por su labor de conservación de la fauna marina, regresó con un grupo de amigos, como cada año, con una ofrenda floral, para recordar buenos tiempos y elevar una oración por los que ya partieron.