Itzel Chan/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Comer menos para adelgazar más, es la técnica perfecta de las personas que llegan a padecer anorexia, a veces sin darse cuenta. En Quintana Roo la mayoría de la gente enferma de anorexia son mujeres entre los 16 y 30 años.

El sueño del cuerpo perfecto 

Con base en datos de la Dirección General de Epidemiología, en México se han detectado 506 nuevos casos, de los cuales 144 pertenecen a hombres y 362 féminas; mientras que en el estado hay dos y 11, respectivamente.

La psiconutrióloga Alicia Acosta Rivero ha atendido casos de este tipo, por lo que logra descifrar que las adolescentes y jóvenes son vulnerables, porque buscan la estética en la delgadez mediante dietas sin control médico.

Sólo logran acumular enfermedades 

No sólo el enflaquecimiento es lo que logran las personas con anorexia, sino con este mal se convierten en candidatas a acumular múltiples enfermedades, que van desde anemia, leucemia, osteoporosis, hasta alteraciones gastrointestinales, sanguíneas y renales.

A nivel nacional, apenas el uno por ciento de las personas que lo padecen se le atribuye a causas genéticas, ya que hay casos en los que se identifican cambios hormonales que afectan la regulación del apetito.

El resto llega a ser anoréxico de manera paulatina, puesto que primero disminuyen la cantidad de alimentos que ingieren, después omiten ciertos platillos y al final dejan de comer por largos lapsos.

Personalidad depresivo-compulsivo 

En el hospital Galenia, de manera mensual atienden a por lo menos cuatro mujeres con este padecimiento, las cuales están sometidas a dietas rigurosas para recuperar el peso idóneo.

Alicia Acosta, quien es psicóloga y nutrióloga, detectó que este problema se genera a partir de que los individuos tienen una personalidad de tipo depresivo-compulsivo, además de que se frustran con facilidad al no tener la imagen que desean.

“Actualmente para la sociedad, alguien delgado es muy bien visto, lo que provoca que otros se depriman por no tener la figura que la ciudadanía pide”, detalló la especialista, quien que un tratamiento puede llevarse hasta tres años para que alguien se recupere de este trastorno.

En el hospital Galenia atienden en promedio a cuatro personas al mes, por ahora pacientes subsecuentes y que llevan casi dos años bajo supervisión médica.