Si algo le podemos agradecer a @RealDonaldTrump es haber rescatado a Twitter de la ignominia, pues una parte del resurgimiento de la red social se debe al explosivo carácter del presidente de Estados Unidos. 

Trump, a diferencia de muchos políticos, no conoce la mesura que da la educación política, ni las formas para dar a conocer sus ideas, más allá de la suya: a trompicones y “tweetazos”, mismos que sumandos a varios factores, lo llevaron (aún sin realmente esperarlo) a la presidencia. Ese estilo tan bronco (el de verdad, no el Nuevo León) no es fácil de sobrellevar, mucho menos de imitar, ya que para emplearlo se necesita convicción, firmeza y total falta de empatía por el público y “el qué dirán”, sin embargo, vende, atrae simpatías y polemiza como pocos. 

Para la campaña de este lado del río Bravo, la situación en redes sociales no es tan interesante. Nuestros precandidatos parecen sumidos en la ignorancia no sólo digital, también sobre el sentir de los mexicanos respecto a lo que muchos consideramos un derroche de recursos. Basta ver los innumerables spots de los “aspirantes a una candidatura”, para notar la falta de originalidad tanto de propuestas como de discursos y producción: la misma cantaleta sobre la honestidad, inteligencia, principios y mesianismo que @JoseAMeadeK, @Mzavalagc, @lopezobrador_ y @RicardoAnayaC han hecho gala desde que se subieron al tren de las redes sociales. 

Podría ser, en el mejor de los casos, que los aspirantes guarden sus mejores cartas para cuando comience la verdadera campaña (porque está es sólo “pre”), pero dudamos mucho que mejoren su capacidad digital para dar a conocer sus ideas. Hasta dan ganas de que por lo menos uno salga como Trump con tal de darle algo de color al proselitismo digital, porque lo que es ahora, de “tweets” insulsos como fragmentos de un discurso ante acarreados tricolores no pasamos, pues si nos damos una vuelta por sus cuentas de redes sociales, no encontraremos realidades ni mensajes que demuestren a un precandidato realmente conectado con la realidad de los mexicanos. 

Tampoco pugnamos por la demagogia barata, esa de que deben conocer el precio de la tortilla y el huevo; sino porque reconozcan que, con la pena, no hay un solo mexicano que vea con buenas maneras lo que los suspirantes están haciendo. Vamos, que se den cuenta que viven en una burbuja sucia que no les deja ver el desprecio dentro y fuera de línea que sus precampañas nos provocan, que sus “tweets” llenos de “amor a México”, para nosotros no cuentan más que para mofarnos de su ridícula confianza. 

Curiosamente, esta situación hace de las redes sociales el termómetro casi perfecto para conocer a los suspirantes a Los Pinos. Dado que no tienen en cuenta el sentir de los ciudadanos digitales, @JoseAMeadeK, @Mzavalagc, @lopezobrador_ y @RicardoAnayaC van “por la libre” con sus “tweets”: ellos mismos (o el personaje) nos muestran con sus reacciones o falta de ellas, lo que piensan de los mexicanos, y esto no es más que desprecio, pues de otra manera no se explica como el primero cree que con decir que el PRI está lastimado por la corrupción de Duarte, se nos olvidará el hecho y votaremos por él; la segunda espera que creamos que es una candidata ciudadana; de El Peje, que a base de golpes histriónicos y populismo voltearemos el rostro para no ver lo que Morena está haciendo en Quintana Roo; y del último… que mejor contrate a otro publicista porque eso de presumir que habla inglés y francés; toca el teclado y lleva a su hijo a la escuela, no ha servido más que para ser la burla en Twitter.

Los mexicanos tal vez no seamos los mejores ciudadanos ni los más conscientes de nuestros derechos y obligaciones civiles… pero tampoco se pasen, #NoSeanOrdinarios.