La visión de los vencidos

El contacto multicultural es hoy un día un tema de controversia.

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El contacto multicultural es hoy un día un tema de controversia. Europa y Estados Unidos se vuelcan sobre su propia historia en busca de respuestas, y pareciera que el mundo les emula, y deja atrás su deseo de aprender y conocer a otros.

La irrupción de internet y las redes sociales ahondó las posibilidades para conocer las costumbres de los demás. Rápidamente, hayamos una forma sencilla y digerible para aprender sobre la cultural de otras sociedades y maravillarnos con la diversidad humana. Particularmente para los mexicanos, una de las curiosidades de esta apertura digital fue descubrir la forma cómo los demás cuentan su historia y la adaptan a su realidad.

En lo que hoy llamamos México, hubo líderes, guerras, aristócratas, arte y mitos dignos de ser recordados y difundidos, y en partida mucho mayor, pues Mesoamérica y su “balcanización” dio pie a diferentes conceptos sobre la vida. Sin embargo, en nuestra concepción derrotista de la historia, hablar de los mayas, zapotecas, aztecas, mixtecas, olmecas o de los míticos teotihuacanos, conlleva el dolor de la conquista española, y para casi cualquier autor, es casi una obligación impregnar de lástima sus obras, en detrimento de un análisis, relato o simple exposición sin pasiones.

Ese “síndrome” de reivindicación cultural fácilmente encontró eco en las redes sociales. La necesidad de comparar, equiparar o cuantificar la capacidad de los naturales de estas tierras con los “bárbaros europeos”, es una de las constantes en el activismo digital. Evidentemente hay “tweets” y usuarios en contra de esta visión de los vencidos, pero son los menos, ya que es más fructífero hacerse la víctima de la historia, aunque muy pocos la conozcan realmente.

Esta situación nos lastra como sociedad digital. Los mexicanos, al tener poco entendimiento sobre nuestro recorrido histórico, navegamos en las redes sociales con la bandera absurda de los populistas, anteponemos los resentimientos a los hechos, y enarbolamos consignas decimonónicas, en contraste con la idea general (antes de Trump) de progreso y avance, de la mano de la multiculturalidad.

¿Qué podemos ofrecer a la comunidad de internet si no entendemos nuestra historia? Soñando con la grandeza que las culturas indígenas pudieron tener, los usuarios nos perdemos del momento que los indígenas sí vivieron y aprovecharon, y que hoy forma parte del orgullo nacional… de otros países.

Si el “timeline” suena…

Las reprobables acciones de la delincuencia en contra de la sociedad tienen un improbable aliado: los usuarios de redes sociales.

Mucha gente aún ve a las redes sociales bajo la vieja óptica de las primicias y el rápido “retweet” para sentirse en la onda de los acontecimientos. Bajo esa idea, la delincuencia sabe que sus golpes tendrán muchísimo más impacto entre más confusa sea la información que se divulgue sobre ellos, y la rapidez con que el usuario promedio gusta de divulgar lo primero que se entera, para sentirse el periodista que no es.

En Cancún, hoy más que nunca, se necesita que los usuarios de redes sociales seamos responsables con nuestras cuentas. Adquiramos conciencia sobre lo que difundimos, pues si bien es cierto que la realidad que vivimos es terrible, tampoco hay que empeorarla compartiendo la primera nota roja que satisfaga nuestro morbo.

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