A casi tres años de haberse instalado, con una inversión 600 mil pesos, El Callejón Chetumaleño se encuentra totalmente vacío, funcionando como un estacionamiento para los bares cercanos.

Joel Chan Castellanos, uno de los comerciantes que inició en este proyecto, explicó que nunca hubo un apoyo real por parte de la anterior administración municipal para impulsar esta zona, ubicada a unos 50 metros del Bulevar de Chetumal.

Por esta razón, la mayoría de ellos decidió mudarse hacia otros lugares con más afluencia. Consideró que el permiso para operar en ese sitio era demasiado caro, pues algunos pagaban hasta mil 200 pesos mensuales, cuando en la práctica esto no se traducía en excelentes ventas.

“En la Explanada pagas casi lo mismo y todo el tiempo atiendes clientes. El Callejón, por otra parte, estaba semi escondido, se veía lúgubre y ahuyentaba a los turistas. En media hora en la Explanada podía vender hasta 20 marquesitas. En el Callejón apenas vendía una cada cuatro horas”, aseguró.

Añadió que la promesa del ex alcalde Otoniel Segovia de organizar eventos que le dieran difusión al lugar nunca se cumplió, primero por el tema de la contingencia del Covid-19, y luego por una supuesta falta de recursos.

Laura García Dante, otra comerciante que también inició con un puesto de micheladas en dicho lugar, dijo que otro problema latente fue la falta de constancia de servicios públicos, como la recolección de basura, agua y electricidad.

Explicó, además, que con la remodelación del Bulevar de Chetumal se abrieron otros espacios mucho más atractivos, como el del Parque de los Puentes Colgantes, que registra una mayor afluencia de clientes.

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